23-09-2017
Ingresar en la Academia General del Aire, es el sueño y la meta añorada de muchos jóvenes españoles, que llamados y atraídos por su vocación militar y aeronáutica sueñan algún día con portar el anhelado cordon de Caballero Cadete sobre sus uniformes.
La formación en la Academia General del Aire es dura, cinco años de duro estudio para finalmente conseguir volar algunas de las aeronaves de nuestro Ejército del Aire, en las distintas especialidades, Caza y Ataque, Transporte o Helicópteros. Asimismo, aquellos que no obtengan la aptitud de vuelo, serán destinados a las especialidades de Mando y Control o Seguridad y Defensa.
No será hasta el tercer año, donde el alumno tome contacto con las primeras experiencias de vuelo. Antes, durante los dos primeros años, su formación estará centrada principalmente en la instrucción militar, maniobras, deporte y legislación militar, asi como otras áreas de la formación humanística y científico-tecnológica.
Ya en el tercer año, se comienza con la fase de vuelo elemental con el E.26, Tamiz, para posteriormente, en el cuarto año, iniciar la etapa de vuelo básico en reactor con el C-101, E-25, conocido cariñosamente por sus pilotos como «culopollo».
El quinto año será el de la especialización en las distintas escuelas que el Ejército del Aire dispone para ello, Caza y Ataque en la base aérea de Talavera La Real, Transporte en la base aérea de Matacán y en Armilla para Helicópteros.
Después de cinco largos años de duro e intenso sacrificio y trabajo, llega el día de la entrega de Reales Despachos de Teniente. La alegría contenida durante tanto tiempo, se desborda al escuchar a su Majestad el Rey decir: “Por última vez en esta Academia……Rompan filas”.
