Siempre me fascinó imaginar cómo volaban los padres de la aviación. Con tan sólo un reloj, un compás y una carta, eran capaces de viajar por donde se lo propusieran. Esa capacidad de navegar, basada en la pura observación, se ha perdido en gran manera. Pero no del todo.
El año pasado, animado por mis amigos del Aeroclub de Castellón, inicié mi aventura por una poco conocida disciplina deportiva que mantiene el arte de navegar por pura observación: el rally aéreo. A pesar de lo que a muchos les podría inspirar este nombre no tiene nada que ver con la velocidad, y sí mucho con la pericia en la navegación, la capacidad de observación, el trabajo en equipo y la precisión en el vuelo. De hecho no requiere de aviones rápidos y sofisticados ni complicados equipos de navegación. Los aviones ideales son las siempre fiables y fáciles de volar C-172 o C-150. Dóciles, nobles, con buenas características de vuelo lento y con una buena visibilidad.
Pero déjeme que le explique en qué consiste el rally aéreo, y por qué mantiene esta forma de volar única.
Las tripulaciones constan de dos personas, piloto y navegante, a los que, aproximadamente unos 30 minutos antes de despegar, se les entrega en un sobre cerrado las instrucciones para trazar una ruta de entre 150 y 185 kilómetros, y de entre 10 y 16 tramos. También se les entrega un juego de 20 fotos de detalles específicos que se van a encontrar en su ruta, así como una foto del punto de salida, cada punto de giro, y el punto de llegada.
Tanto el punto de salida, los de giro, como los de llegada, deben ser sobrevolados exactamente a una hora prevista, con un margen de error de más menos 2 segundos, y calculado sobre la velocidad a la que la tripulación ha declarado que volará la ruta (generalmente entre 130 y 150 km/h). Además, las fotos del punto de salida, los puntos de giro, y la llegada, pueden ser verdaderas o falsas.
Y todo esto sin ningún tipo de ayuda electrónica, usando tan sólo el compás, el direccional, un cronómetro y una carta.
Al regresar al campo, tras volar la etapa, se realizan las tomas de precisión. Esta espectacular muestra de pericia consiste en posar el tren principal dentro de una parrilla delimitada, de tal manera que cuando más cerca de la línea principal, menos penalización sufre la tripulación.
La finalidad de esta práctica deportiva consiste en desarrollar la capacidad de navegar con la utilización de instrumentos básicos, seguir una ruta muy precisa con tiempos muy ajustados, observar detenidamente el terreno mientras se va navegando y la pericia al aterrizar de manera controlada el avión en una parrilla corta y estrecha; y todo ello demostrando que se puede hacer de forma segura.
Puedo asegurar, sin ningún tipo de duda, que una sola hora de vuelo en esta disciplina, mejora en mucho el entrenamiento de cualquier piloto, sin importar su experiencia, y potencia su capacidad para realizar vuelos mucho más seguros. En una época en la que la tecnología llega a nuestras cabinas para facilitarnos la tarea del vuelo tiene mucho valor poder seguir manteniendo la capacidad de navegar más esencial gracias a este deporte. De hecho es muy loable el esfuerzo que están realizando algunos aeroclubs (como el de Sabadell) animando a sus pilotos más noveles a participar en este tipo de pruebas. Sin duda les hará mucho mejores pilotos.
Debo decir que, desde que me inicié junto a mi navegante Jaime Colombás en esta modalidad, he sido todo un privilegiado, y hemos podido participar (con tan sólo tres rallies como experiencia) en todo un Campeonato de España (quedando 3º en tomas de precisión) y en un imponente Campeonato del Mundo tan sólo un mes después, junto al resto del equipo nacional. Toda una experiencia alucinante para nosotros.
Todo esto no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda en vuelo de Jaime y la generosa aportación de todos los miembros del equipo, que desde el principio se volcaron para ayudarnos y aconsejarnos en la preparación de una prueba tan difícil. Sin ellos, la progresión tan notable que han realizado dos novatos como nosotros no hubiera sido posible.
Actualmente nos estamos preparando para participar en el Campeonato de Europa que se celebrará la primera semana de agosto en Eslovaquia, y ya con algo más de experiencia a nuestras espaldas y es un buen momento para dar a conocer esta forma de volar que tanto me tantas satisfacciones me está dando.
La selección española, sin ningún tipo de ayuda económica, pero gracias a la dedicación de un magnífico grupo de pilotos, y miembros de la RFAE, que aman la aviación deportiva, es capaz de plantar cara a otras selecciones nacionales que manejan presupuestos millonarios y gran apoyo institucional. Toda una muestra del talento y potencial de los miembros de ese equipo.
En próximos artículos les narraré nuestra experiencia en las distintas pruebas celebradas, y en especial en el Campeonato del Mundo, celebrado en Castellón el pasado mes de septiembre, y las que se van a celebrar a los largo de este año. Intentaré transmitir la experiencia del rally aéreo, a través de mis propios ojos, y todo lo que esta fascinante aventura puede aportar.
