EL ESTADO DEL CIELO

La cobertura nubosa de la cúpula celeste varía desde cielo despejado hasta cielo cubierto. Entre ambos extremos una gran cantidad de nubes cubren parcialmente el cielo con diferentes alturas, formas y colores. A veces se observan tan solo unos pequeños jirones de nube, tan altos y delgados que se ven casi transparentes, mientras que en otras ocasiones las nubes son tan densas y extensas que impiden ver el cielo.

Cada vez que se mira al cielo hay algo nuevo, nubes que nacen, crecen o se disipan, que cambian de aspecto o de posición, o varían de color según su luminosidad o la de las nubes del entorno. El estado del cielo cambia minuto a minuto. Los cambios incesantes en cantidad, altura, forma y color de las nubes hicieron tan difícil su clasificación que se mantuvieron sin catalogar durante siglos. Fue el británico Luke Howard, un gran aficionado a la observación del cielo, quien en 1802 estableció la primera clasificación de las nubes que, con los cambios correspondientes al avance de los conocimientos, se ha mantenido, en esencia, hasta nuestros días. El mundo científico adoptó dicha clasificación, y en 1896 apareció el primer Atlas Internacional de Nubes.

El estado del cielo tiene gran importancia para el vuelo y es de interés para el piloto conocer e interpretar su lenguaje, las nubes. De su correcta lectura, ya sea desde tierra o en ruta, obtendrá información muy útil para la seguridad, la comodidad y la eficiencia del vuelo.

El Atlas Internacional de Nubes editado por la Organización Meteorológica Mundial, establece una clasificación de las nubes en función de la altura de su base, criterio según el cual se consideran cuatro grupos básicos de nubes que se llaman nubes bajas, nubes medias y nubes altas, más otro grupo denominado nubes de desarrollo vertical que si se catalogasen por la altura de su base pertenecerían al género de nubes bajas, pero se distinguen de dicho grupo por la enorme extensión vertical que abarcan, a veces, toda la troposfera.

En el Atlas Internacional de Nubes se incluyen no solo el género al que pertenece cada nube sino también su especie, la cual describe características de su forma y estructura, y su variedad que indica peculiaridades adicionales de las nubes. Sin embargo, un piloto no requiere un conocimiento exhaustivo de todas las especies y variedades, sino que debe identificar los géneros de nubes y aquellas especies que son especialmente significativas para el vuelo. Los peligros meteorológicos volando en nubes son la turbulencia, el engelamiento, los fenómenos característicos de las tormentas (que además de engelamiento y turbulencia incluyen el granizo fuerte, las descargas eléctricas y violentas descendencias que dan lugar a cizalladura fuerte) y la visibilidad en vuelo, considerando ésta como el alcance medio de visibilidad hacia delante desde el puesto de pilotaje de la aeronave. Cada una de estas adversidades meteorológicas pueden presentarse individualmente o bien varias de ellas a la vez, con diferentes grados de intensidad. Pero no todos vuelos son afectados de igual manera por dichos fenómenos. Así, un vuelo visual no podrá realizarse cuando, con cielo cubierto, la altura de la base de las nubes es muy baja, mientras que no perjudica a un vuelo instrumental.

Según la clasificación que establece el Atlas Internacional de Nubes se describen a continuación los diez géneros de nubes y algunas de sus especies que son significativas para el vuelo.

NUBES ALTAS

Con bases entre los 5 y los 14 kilómetros, las nubes altas están compuestas de cristales de hielo. Se incluyen en este género los Cirros, los Cirrostratos y los Cirrocúmulos.

Cirros (Ci) – son nubes que dibujan en el cielo delicados y sedosos filamentos de muy poco espesor. No se forma engelamiento sobre el avión en estas nubes, con excepción de los Cirros que forman el yunque del Cumulonimbo, donde a veces puede encontrarse engelamiento. No suele haber turbulencia, aunque si están asociadas a la corriente en chorro, puede haber turbulencia moderada. La visibilidad es de unos 10 kilómetros aproximadamente.

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Ci -Photo: Walter J. Pilsak. (www.clouds-online.com)

Cirrostratos (Cs) – son velos transparentes lisos o fibrosos que tienden a cubrir grandes extensiones. A veces forman una capa muy fina de textura lisa, apenas perceptible salvo por una ligera opalescencia en el azul celeste, y en otras ocasiones le dan al cielo un aspecto lechoso. No se forma engelamiento sobre el avión en estas nubes y no suele haber turbulencia salvo turbulencia ligera en algunas ocasiones. La visibilidad es de unos 10 kilómetros.

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Cs -Photo: Richard McPhail. (www.clouds-online.com)

Cirrocúmulos (Cc) – compuestos de pequeñas nubecitas individuales de color blanco semejantes a glóbulos, se extienden como un manto, y están separados y distribuidos más o menos regularmente, formando ondulaciones. No se forma engelamiento sobre el avión y a veces la turbulencia es ligera a moderada. La visibilidad es de aproximadamente 10 kilómetros.

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Cc -Photo: Uwe Reiss. (www.clouds-online.com)

NUBES MEDIAS

Con bases entre los 2 y los 7 kilómetros, están constituidas por gotas de agua subfundida (agua que se encuentra líquida por debajo de 0ºC), cristales de hielo o copos de nieve, y comprenden los Altocúmulos y los Altostratos.

  • Altocúmulos (Ac) – Aparecen formando capas o bancos de fragmentos regulares de color blanco o gris. Si se forma engelamiento sobre el avión será ligero y de tipo hielo blanco, y la turbulencia será ligera a moderada.
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    Ac -Photo: Uwe Reiss. (www.clouds-online.com)

    La especie particular de altocúmulos llamados Ac lenticulares, nubes de gran belleza y perfecto acabado en forma de lente, alerta al piloto de la presencia de onda de montaña, fenómeno adverso para la aviación que lleva asociada turbulencia moderada a fuerte. Los altocúmulos lenticulares se presentan aislados, alineados perpendicularmente al viento y paralelamente a la montaña o cadena montañosa que da lugar a ella.

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    Ac lenticulares -Photo: Gisela Thieme. (www.clouds-online.com)

    Otra especie particular de altocúmulos es el Ac castellanus. Con un aspecto similar a castillos flotantes por sus formas almenadas, estas nubes sentencian un probable encuentro con turbulencia moderada a fuerte en su zona de influencia y el engelamiento que se forma sobre el avión puede ser moderado y a veces fuerte. La visibilidad oscila entre 80 y 300 metros.

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    Ac castellanus -Photo: Uwe Reiss. (www.clouds-online.com)

  • Altostratos (As) – con espesor variable, estas nubes forman una capa informe sin particularidades que destaquen en ella. Cubren casi por completo el cielo, permitiendo translucir el Sol y la Luna cuando no son de gran espesor. Pueden dar lugar a engelamiento moderado, mientras que la turbulencia suele ser ligera, aunque si adquieren gran espesor puede llegar a ser moderada. La visibilidad oscila entre 80 y 300 metros.
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    As -Photo: Stephan Bauer. (www.clouds-online.com)

 

NUBES BAJAS

Con bases por debajo de los 2 kilómetros, están constituidas por gotas de agua o cristales de hielo si las temperaturas son muy bajas. Pertenecen a esta familia los Estratos, los Estratocúmulos y los Nimbostratros.

  • Estratos (St) – se forman casi al nivel del suelo. Son capas grises, planas, de poco espesor y su contorno no está bien definido. Generalmente la turbulencia y el engelamiento volando en estas nubes son, como mucho, de intensidad ligera. La visibilidad oscila entre 40 y 150 metros.
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    St -Photo: Gerhard Bauer. (www.clouds-online.com)

  • Estratocúmulos (Sc) – con base bien definida que se encuentra entre los 600 y los 2.000 metros de altura, aparecen habitualmente en capas continuas que presentan algunas protuberancias, resultando en gran variedad de formas. Su color varía del blanco al gris. El engelamiento y la turbulencia en esta nube son de intensidad ligera a moderada y la visibilidad oscila entre 30 y 200 metros.
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    Sc -Photo: Stephan Bauer. ( www.clouds-online.com )
  • Nimbostratos (Ns) – nube de gran espesor que se extiende desde la base de las nubes bajas hasta el tope de las nubes medias, que a veces se clasifica como nube media. Con una base más bien difusa de color gris oscuro, los Nimbostratos cubren grandes extensiones como un enorme manto uniforme que no permite ver el cielo, ni distinguir otras nubes. El Nimbostrato es la nube de la precipitación por excelencia, la lluvia, la nieve o los cristales de hielo caen de ella de manera regular y sin tregua durante horas. La turbulencia en Nimbostratos es ligera a moderada y el engelamiento suele ser moderado, aunque debido a la gran extensión de la nube, si el avión permanece mucho tiempo dentro de ella, el engelamiento puede ser fuerte. La visibilidad oscila entre 10 y 20 metros.
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    Ns -Photo: Stephan Bauer. ( www.clouds-online.com )

     

NUBES DE DESARROLLO VERTICAL

Su base, bien delimitada y plana, se encuentra normalmente entre los 600 y los 1.000 metros sobre el suelo, pero su tope puede alcanzar, en condiciones favorables, la altitud de la tropopausa. Dentro de este género de nubes se distinguen los Cúmulos y los Cumulonimbos.

  • Cúmulos (Cu) – su extensión vertical es moderada y presentan protuberancias. Se compone de gotitas de agua, y a baja temperatura de cristales de hielo o gotas de agua subfundida. La turbulencia y el engelamiento en esta fase inicial de crecimiento suelen ser de intensidad ligera a moderada.
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    Cu -Photo: Stephan Bauer. ( www.clouds-online.com )

    Cuando los cúmulos se desarrollan y adquieren una importante extensión vertical se denominan cúmulos congestus (TCu), conocidas entre los pilotos por Torrecúmulos. En esta etapa de su evolución son más altos que anchos y pueden dar precipitaciones de corta duración que empiezan y terminan bruscamente, llamadas chubascos. Tanto la turbulencia como el engelamiento pueden ser de intensidad moderada a fuerte. La visibilidad dentro de estas nubes es de 10 a 80 metros.

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    TCu -Photo: Mihai. ( www.clouds-online.com )

     

  • Cumulonimbos (Cb) – Cuando el cúmulo alcanza enormes dimensiones estamos ante la gran nube cumulonimbo. Similar a una columna gigantesca de miles de metros de altura, en cuyo interior pueden encontrarse gotitas de agua, de lluvia, cristalitos de hielo, copos de nieve, hielo granulado, granizo y, a veces, pedrisco, tiene una enorme capacidad destructiva. En ella se producen turbulencia y engelamiento moderados o fuertes, descargas eléctricas, granizo fuerte y puede generar tornados o violentas descendencias, dando lugar a una peligrosísima cizalladura para el vuelo. La visibilidad dentro de ellas oscila entre 10 y 20 metros. La nube Cumulonimbo representa un gran riesgo para el vuelo y los pilotos deben evitarla.
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    Cb -Photo: Gerald Bock. ( www.clouds-online.com )

Acerca de Blanca González López

Blanca González López
Blanca González López es licenciada en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid.

En 1991 ingresa en el Instituto Nacional de Meteorología, actual AEMET, donde actualmente desempeña el puesto de Analista Predictora en el Centro Nacional de Predicción, desarrollando labores de predicción y vigilancia meteorológica aeronáutica y de fenómenos adversos.

Desde 1996 compatibiliza su labor de analista predictora con la docencia de la Meteorología Aeronáutica en escuelas de pilotos en el aeropuerto de Cuatro Vientos (Madrid).

Ha impartido cursos y seminarios sobre Meteorología Aeronáutica en AEMET, SENASA, INTA, y en las Universidades Politécnica de Madrid, Complutense de Madrid, Autónoma de Madrid y en la UNED. Ha participado en cursos de predicción meteorológica en European Centre for Medium-Range Weather Forecast (Reading) y en cole Nationale de la Metorologie (Toulouse).

Es autora de artículos de meteorología y autora de los libros Meteorología Aeronáutica (Ediciones AVA) y Descubrir la Meteorología en la Aviación (Edición de AENA, Colección Descubrir).