La Fuerza Aérea de los EE.UU. compra oficialmente aviones de ataque ligeros

28-10-2019

La Fuerza Aérea de los EE.UU. está comprando dos modelos diferentes de aviones de ataque ligero, los Textron Aviation AT-6 y Sierra Nevada Corporation/Embraer Defense & Security A-29.

 

Un avión de ataque ligero A-29 Super Tucano llega a la base Moody de la Fuerza Aérea, Georgia, en abril de 2018. (Aviador de 1ª clase Erick Requadt/Fuerza Aérea de los EE.UU.)
Un avión de ataque ligero A-29 Super Tucano llega a la base Moody de la Fuerza Aérea, Georgia, en abril de 2018. (Aviador de 1ª clase Erick Requadt/Fuerza Aérea de los EE.UU.)

 

Según un comunicado de la Fuerza Aérea, los aviones se utilizarán para apoyar «la capacidad, la capacidad y la interoperabilidad de los aliados y socios a través de la capacitación y la experimentación».

El contrato del A-29 Super Tucano debería ser adjudicado antes de fin de año, con el AT-6 Wolverine a principios de 2020.

El plan de compra  fue previsto a principios de este año por los oficiales de la Fuerza Aérea, y ambas compañías tienen la esperanza de que el servicio avance con una mayor compra de aviones de ataque ligero en el futuro, ya que han invertido fondos internos en el experimento de ataque ligero de la Fuerza Aérea durante los últimos dos años.

Los AT-6 irán al Comando de Combate Aéreo de la Base de la Fuerza Aérea de Nellis, Nev. para según dice la propia Fuerza Aérea «continuar probando y desarrollando tácticas operativas y estándares para redes tácticas exportables que mejoren la interoperabilidad con los socios internacionales».

Los A-29 irán al Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea en Hurlburt Field, Florida, y se utilizarán para «desarrollar un programa piloto de instructor para la misión de Asesoramiento de Aviación de Combate, con el fin de satisfacer las crecientes solicitudes de asistencia en ataques ligeros de los países socios», según el mismo comunicado.

La Fuerza Aérea ha dicho que los fondos para las compras iniciales de AT-6 y A-29 provendrán de los $160 millones en fondos no gastados que el Congreso asignó para el esfuerzo en presupuestos anteriores. El Congreso ha asignado 200 millones de dólares en total para el esfuerzo desde que se anunció a finales de 2016.