Restauran un Focke Wulf 190 original para ponerlo en vuelo

27-06-2017

Un caza alemán de la Segunda Guerra Mundial FW-190 modelo F-8  fabricado en junio de 1944 con el número 93182 por DornierWerke, está siendo restaurado en EEUU, buscando la máxima autenticidad en todo el proceso y se espera que pueda estar terminado y puesto en vuelo en dos años aproximadamente.

Focke Wulf FW-190
El avión conocido como el “Uno blanco”, fue recuperado en septiembre de 1983 en Noruega, tras estrellarse en una ladera cubierta de nieve el 9 de febrero de 1945 durante un combate aéreo con Unteroffizier Heinz Orlowski al mando. El piloto pudo saltar del avión pero sobrevivió al impacto.

El combate aéreo tuvo lugar al atacar el grupo alemán de 9 FW-190 a una fuerza británica de 32 Beaufighters y 10 Mustangs, y el «Uno Blanco» fue alcanzado por uno de los Mustangs, que posteriormente también fue alcanzado y derribado. Su piloto no sobrevivió al combate.

El “Uno blanco” permaneció en la ladera nevada durante más de venticinco años hasta que fue recuperado por un grupo de rescate noruego y trasladado al Museo de la Fuerza Aérea Noruega de Fiesland.

Finalmente el avión fue trasladado al Texas Air Museum en los Estados Unidos y en 2012 la Collings Foundation comenzó su restauración al estado de vuelo, junto con un FW-190D de morro largo.

La reconstrucción del caza alemán se está llevando a cabo en la empresa Goss Hawk Unlimited de Casa Grande, Arizona, contratada por la Fundación Collings, propietaria del avión. El fuselaje está casi terminado y pronto se le instalará el mamparo cortafuegos del motor y será pintada la parte interior de la cabina.

La firma lleva trabajando en las alas desde el año pasado y están muy avanzadas. El sistema eléctrico del avión está siendo restaurado o fabricado por Customs Connections de Arizona. La planta motriz, un BMW 801 de 1540 CV de potencia, está siendo objeto de un completo overhaul por parte de Vintage Radials, de Tehachapi, California.

Se espera que pueda ser terminada la restauración en dos o tres años, por lo que después se intentará poner en vuelo para poder ser admirado en todo su esplendor.

 

*Noticia editada en colaboración con la FIO y redactada por Javier Permanyer.