Wingwalking, un poco de Historia
Es necesario que nos traslademos a principios del S. XX, después de la Gran Guerra, (1914 – 1918), entre las décadas de los 20 y 30 en Estados Unidos, (EE.UU), que fue cuando esta actividad tuvo su auge.
Al terminar la Guerra, había más pilotos y aviones que trabajo y también era una época en la que la aviación estaba en pañales por lo que apenas existían normativas ni regulaciones administrativas. De esta forma, cualquiera que supiera pilotar podía hacerlo sin restricción ninguna. [1]. Además, si sumamos la necesidad y la falta de otros recursos, ello hacía que el ingenio se agudizara y muchos pilotos para buscarse la vida, se dedicaran a lo único que sabían hacer… Volar. Pero no de cualquier forma, sino volar haciendo acrobacias, ya que era de los pocos tipos de vuelo que existían en esos momentos. [2]. Es lo que se conoció popularmente como el Circo Aéreo y fue algo que causó un gran interés general al principio, pero como pasa muchas veces con estas cosas, la gente se aburría rápido y quería emociones fuertes. Este hecho obligaba en cierto modo a que los espectáculos se hicieran cada vez más arriesgados y atrevidos. O dicho de otra forma, cuanto más peligro mejor. Por eso los responsables de estos circos y ferias volantes, fueron introduciendo poco a poco maniobras en las que se volara más rápido, más alto y realizando ejercicios más complicados y sin querer, comenzó también el “pique” por conseguir nuevos récords… Es decir, que bajo esta necesidad de llevar al público algo nuevo y excitante se introdujo también una nueva idea.
Y es este punto el que nos concierne; la idea de que un acróbata volara fuera del avión, (fuera de la carlinga), realizando sus acrobacias. Los ejercicios eran diversos, podían ser desde cambiar una rueda en pleno vuelo, a saltar de un avión a otro caminando por las alas, o incluso yendo colgados de un trapecio sujeto al fuselaje. Por desgracia, la tecnología y la técnica de esos años no era todo lo bueno que se quisiera y los accidentes estaban a la orden del día.
Hay que tener en cuenta que eran aviones pesados, lentos, de potencia escasa y estructuralmente endebles, además de que los utilizaban para algo que no fueron diseñados y a pesar de que los reforzaran, a menudo no aguantaban las fuerzas ejercidas en los vuelos y el avión se partía y en algunos casos la falta de entrenamiento del piloto en este tipo de vuelos, hacía que en ocasiones, los cálculos de las maniobras en cuanto a velocidades y alturas, no fueran los adecuados. Es decir, muchos de estos acróbatas y sus pilotos murieron por la falta de seguridad que este trabajo y sus condiciones conllevaba.
NOTA: Sobre este tema existe una magnífica película, la cual recomiendo y aprovecho estas líneas para hacerlo, que es: El Carnaval de las Águilas, protagonizada por Robert Redford. Es una historia ficticia pero que representa fielmente lo que fue el origen del Circo Aéreo. Su título original es: The Great Waldo Pepper.
Os dejamos un extracto de la película:
En la actualidad
Los años han pasado y en la actualidad esta disciplina de vuelo solo está regulada en seis países en todo el mundo y España no está entre ellos… EE.UU, U.K, Suecia, Brasil, Canadá y Alemania son los que tienen el Wingwalking regulado. [3]. Pero con suerte, esto puede cambiar en un futuro no muy lejano y España podría convertirse en el séptimo de la lista. Le animo a usted a seguir leyendo este artículo y entenderá por qué…
Hispaviación 2.0 ha tenido el privilegio de pasar una tarde con Ainhoa Sánchez San José, que es la primera Wingwalker profesional española y gracias a ella y a la organización del Festival Aéreo Internacional de Motril, que organizó una conferencia el pasado marzo en Motril, (Granada), como parte de las actividades del Festival, hemos podido conocer de primera mano lo que es esta profesión, que en España es de las más desconocidas, ya que no hay precedentes, jamás se ha realizado esta disciplina en nuestro país.
Y ahora para conocer más a Ainhoa y su trabajo, qué mejor que os lo explique ella misma.
Lo Primero; Wingwalker, qué es:
Un Wingwalker es un tipo de acróbata que va situado fuera de la cabina de un biplano, mientras el piloto vuela el avión de determinadas maneras, completando una rutina establecida. Puede ser acrobático, en “utility” (vuelo recto), o ambos tipos.
Cómo empezó todo:
Fue en el año 2011, como cada año, diseñé el calendario corporativo del 2012, para la empresa para la que trabajo, Ingeniería Semasa. Elegí como tema una mezcla de todo aquello que me apasionara: el circo, la danza y los aviones clásicos. Era un tema que todavía no había tocado y tenía ganas de ver qué saldría de aquello. Tengo una mente creativa e inquieta y deseaba ver cómo la aviación podía ser de esta misma manera plasmada en un calendario. Aunque ya sabía de la existencia de los circos aéreos desde hacía algunos años, hacer “2012, The Wingwalking Calendar” marcó la diferencia. Buscando material gráfico, encontré unas fotos increíbles de una wingwalker en California vestida con unas zapatillas de ballet y un tutú. Ella era Margaret Stivers. Contacté con ella para pedirle el permiso del uso. Conectamos perfectamente desde el principio, éramos muy similares. Con el tiempo se convirtió en mi mentora e instructora “online”. Ella me inspiró a bailar encima de las alas de un biplano y yo quería seguir sus pasos.
¿Y después…?
Una vez que salió publicado el calendario, le envié algunas copias a Margi y le encantaron. Decidí que era hora de experimentar todo lo que había en mi calendario y le pregunté donde podría probar el wingwalking y me indicó que en el Reino Unido era posible dar un paseo en las alas de un avión. Me dio buenas referencias de uno de los dos sitios que ofrecen este tipo de actividades. Mike Dentith era el propietario y piloto de una de ellas y finalmente contacté con él para reservar un vuelo y así poder probarlo.
Dicho y hecho.
En mayo del 2013 me fui de vacaciones a Inglaterra y me di un paseo en las alas de la Boeing Stearman de Mike. ¡¡¡Aquello fue increíble y me cambió la vida!!!….tanto tiempo visualizando como sería y me pareció como si lo hubiera hecho toda la vida, fue natural. Fui buscando una experiencia pero volví a España con algo más: ¡un puesto en las alas! Mike me ofreció unirme a su equipo para hacer un festival aéreo en Irlanda del Norte. Acepté con gran entusiasmo. Ese tipo de ofertas no pueden rechazarse. Recuerdo que me pasé una hora de reloj soltando lágrimas de alegría en casa de la emoción, no podía creerme que me ofreciera un trabajo. Eso sólo pasa una vez en la vida. En agosto de ese mismo año y previamente después de haber recibido un curso de formación de wingwalker con la gran Helen Tempest, con más de veinticinco años de experiencia en las alas, debuté junto a los Red Arrows en la localidad de Portrush. Aquello fue la experiencia que cambió mi rumbo.
La Formación; Algo vital e imprescindible, Cómo es, Cómo se hace…
Esta actividad no se conoce en España porque no tenemos antecedentes históricos por lo que no existe un sitio donde poder aprenderla. De hecho lo estamos introduciendo desde cero. Un Wingwalker se forma mediante un mentor, que es el que decide apoyarlo porque considera que es un candidato idóneo. No hay escuelas, libros, ni academias al uso para aprenderlo. Es una actividad que se aprende de padres a hijos, una profesión de las más raras. El piloto es el que decide quien vuela en sus alas. El Wingwalker tiene que tener una base deportiva o artística antes de subirse a las alas y sobre todo tener mucha pasión por lo que hace, es algo muy específico y único.
Margaret Stivers: Mi mentora.
Margi es una mujer increíble y con un corazón de oro. La respeto muchísimo ya que fue la primera persona que me enseñó a ser Wingwalker. Me abrió sus puertas. Es piloto y wingwalker y lleva más de veinticinco años de profesión. Además también es una excelente pintora y hace ballet como yo. Con su compañía “Silver Wings Wingwalking”, ha hecho infinidad de espectáculos aéreos, para la industria del cine y la televisión. El año pasado decidió bajarse de las alas porque su piloto, que es también su marido, Hartley, cumplió 70 años y volar con otro piloto le suponía tener que viajar lejos… Supongo que él querría dedicarse a cosas más tranquilas. Margi me enseñó y me sigue enseñando muchas cosas. He aprendido de ella desde la manera correcta de pisar los planos del avión hasta como hacer un traje de vuelo, que son cosas que no se venden en las tiendas. Hay que buscarse la vida un poco en ese sentido. Margi me dijo el año pasado que le ha llegado el momento de bajarse de las alas y ha pasado su legado a otras generaciones más jóvenes como la mía. Aunque ella dice que uno nunca deja de volar porque es lo que le da la vida. Todavía no nos conocemos en persona y es algo pendiente que quiero hacer pronto.
La Preparación, El Entrenamiento y Estado Físico:
Gran parte del entrenamiento no puedo realizarlo en España porque no tengo avión. Concretamente la parte de ensayo estático en el hangar y de vuelo, así que tengo que preparar escenarios similares aunque no es lo mismo. El resto del tiempo me mantengo en forma yendo varias veces por semana a danza clásica, pilates y circo. En España decido y entreno los trucos que haré cada temporada de vuelo, que solo es en verano y cuando mi piloto me avisa para hacerlo y de momento solo en Reino Unido.
El Primer Vuelo:
Algo que nunca se olvida; Mi debut fue en el verano de 2013, en el NI International Airshow en Portrush, una localidad en un entorno idílico en el Norte de Irlanda. El año pasado volé en Gloucestershire en julio, en un acto benéfico para recaudar fondos para una ONG llamada Fly2Help, donde trabaja mi instructora Helen Tempest.
Cómo es un vuelo, cómo se vive.
Aunque parezca lo contrario es un entorno muy hostil, pero acabas normalizando la presión que ejerce el aire sobre tu cuerpo. Acabas enganchándote a esa sensación. Me siento libre, como un pájaro volando, es como estar enamorado a lo bestia, tu cuerpo segrega mucha adrenalina. Es pura felicidad. Me siento muy satisfecha al lograr cada ejercicio, me convierto en parte del avión. Soy una prolongación artística de la estructura. Estar en contacto con cada parte del biplano es muy especial. Sentir como mi corva presiona el borde de ataque, forrado con tela y mi empeine se sujeta contra la diagonal, el olor a antiguo de todo, como se quema el combustible y el aceite y acaba impregnado en la ropa de vuelo, el sonido tan especial del motor, no se puede explicar con palabras. Saber que esto se hacía casi cien años es una pasada. El wingwalking es puro arte en movimiento controlado por un piloto en que confías al 100% y sólo con mirarle ya sabes lo que piensa. No tenemos auriculares, nos comunicamos con las manos y con nuestra intuición. Es un trabajo en equipo. Somos una pareja de baile en el cielo donde las butacas están abajo y el escenario a varios cientos de metros de la tierra. Mike, mi piloto, tiene mucha responsabilidad, toda, y casi nunca se habla de los pilotos porque es la parte menos visible. Quiero recalcar su grandísimo trabajo. Que el piloto haga o no un buen trabajo va a depender del resultado de los trucos del wingwalker. El piloto tiene que pilotar para dos, no para uno, y eso no es fácil. Algunos se olvidan que tienen a alguien ahí arriba.
El Proyecto:
Como ya dije anteriormente, estoy implantando esta especialidad de vuelo en España desde cero. Fue en diciembre de 2013, cuando acudí a ellos para proponerles la nueva actividad y aceptaron encantados. Enriquecerá más sus exhibiciones mensuales. Cuentan con más de veinticinco años de experiencia y con más de cuarenta aeronaves. La FIO, está formada por un grupo de grandes profesionales totalmente implicados en la causa, defensores y amantes de la aviación española y clásica. Los admiro mucho porque han conseguido algo increíble. Recomiendo a la gente que se haga socia de la FIO para preservarla. Por una pequeña cantidad pueden hacer algo muy grande. Todos los primeros domingos de mes hacen una exhibición aérea. Para más información pueden ir a la web de la fundación: www.fio.es.
Pero para traer el wingwalking necesitamos encontrar pronto un patrocinador y que nos ayude con la restauración de nuestro biplano “Boeing Stearman” situado en Cuatro Vientos, (LECU), para poder volar con un piloto español junto a la Fundación Infante de Orleans.
Conclusiones:
Este artículo va tocando a su fin, pero antes permítanme decir un par de cosas. Primero felicitar a Ainhoa y su equipo porque tenemos con nosotros a una verdadera pionera en el S. XXI, que lucha por traer algo nuevo y que no solo se ha atrevido a soñar, sino a llevar a cabo ese sueño y cumplirlo con éxito, aunque sin duda todavía quede mucho camino por delante. Y porque es muy probable que algún día, si en España podemos ver volar un biplano con un acróbata en lo alto, será el día en que se pueda decir oficialmente que España tiene una modalidad más de vuelo y habrá sido en gran medida gracias a ella.
Ainhoa ha sembrado la semilla; Ahora tiene que crecer.
NOTAS AL PIE:
[1]: Hay que mencionar que la inmensa mayoría de los pilotos de esa época venían de participar en la Guerra y de ahí su formación. La vía militar era lo más accesible para ser piloto de avión.
[2]: Estamos hablando del principio de la aviación y en esos años todavía no existía la estructura aeronáutica que conocemos en la actualidad por lo que el trabajo era escaso así como el número de aeronaves, pilotos y mecánicos y por lo tanto de empresas y compañías.
[3]. El equipo de Brasil se encuentra en una situación similar al de Ainhoa en España y es que no poseen avión para volar.
