Por: Juan Pons
El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha sido el anfitrión del importante contrato que la Agencia Espacial Europea (ESA) ha adjudicado a Airbus Space Systems España para fabricar en su planta de Barajas (Madrid) los satélites de su futura misión LSTM.

Sin duda el mayor éxito obtenido por una empresa espacial española durante el año en curso, el contrato para el desarrollo y fabricación en firme de dos satélites LSTM por valor de 380 millones de euros ha sido suscrito el 13 de noviembre por el director de Programas de Observación de la Tierra de la ESA, el austriaco Josef Aschbacher, y por Fernando Varela, el máximo responsable de la rama espacial española de Airbus, en presencia de Alberto Gutiérrez, director ejecutivo de Airbus en España.
Alberto Gutiérrez ha resaltado durante el acto que la experiencia adquirida en la producción de CHEOPS ‒primer satélite de la ESA construido en España‒, ha servido “para que la Agencia siga confiando en la rama espacial española de Airbus”. También ha puesto de relieve que las capacidades que la multinacional europea posee en España le permiten “diseñar, fabricar, integrar, ensayar y entregar un satélite operativo en órbita”.
El acto contractual por el que Airbus se convierte en el contratista principal del nuevo proyecto de la ESA se ha desarrollado de forma telemática por videoconferencia. Josef Aschbacher se encontraba en el Centro de Observación de la Tierra que la Agencia posee en la localidad de Frascati, a 27 kilómetros de Roma.

Del lado español, el ministro Pedro Duque se hallaba en la sede del departamento de Ciencia e Innovación en el centro de Madrid, junto con los directivos de Airbus en España y la plana mayor del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) ‒la entidad pública empresarial que gestiona la participación nacional en la ESA‒, encabezada por su director general, Javier Ponce.
La función de Airbus en España como contratista principal del proyecto es diseñar, construir y probar los dos satélites LSTM en su factoría de Barajas (Madrid), un tercer ingenio es opcional, lo que supondrá alrededor de 90,5 millones más. Liderará un consorcio industrial formado por más de 45 empresas e instituciones de 18 países, de las que cinco son compañías españolas de reconocido prestigio internacional: SENER (antena en banda S), Thales Alenia Space España (transpondedores), Elecnor Deimos (simuladores), Airbus CRISA (unidades de potencia) y HV Sistemas (equipos en tierra).
Medirá la falta de agua de las tierras de labor
La firma ha sido presenciada de forma virtual desde París por el director general de la ESA, el alemán Jan Woerner, que no ha querido estar ausente de la ceremonia “para evitar malentendidos”, han confirmado a HISPAVIACIÓN en fuentes próximas a la Agencia.
Se da la circunstancia que tanto Pedro Duque como el austriaco Josef Aschbacher han presentado su candidatura oficial para suceder a Jan Woerner como jefe de la ESA, cuando en julio de 2021 el alemán concluya su mandato.
Pero ¿para qué van a servir los satélites LSTM? Su finalidad principal es observar, medir y seguir la evolución de la evaporación-transpiración de la vegetación y su estrés hídrico a escala mundial, “principalmente de Europa”, asegura la española Ana Bolea, la jefa del proyecto en la Agencia.
La misión responde a las necesidades expresadas por las organizaciones agrícolas del viejo continente, que aspiran a que sus cosechas sean “cada vez más sostenibles, con independencia de la mayor o menor escasez de agua, las olas de calor y los cambios medioambientales”. Sobrevolará las latitudes europeas cuando el Sol se encuentre en su punto más elevado y mediante la exacta medición de la evaporación-transpiración de las plantas, determinará el estrés máximo que sufren los cultivos en caso de falta de agua

Para administrar los recursos hídricos
Primer satélite fabricado en España para la constelación Copernicus de la Unión Europea, LSTM es el acrónimo en inglés de Monitorización de la Temperatura de la Superficie Terrestre. La plataforma pionera LSTM no volará hasta al menos 2028 y obtendrá imágenes de la Tierra cada tres desde una altura de 650 kilómetros.
Desde su posición orbital aportará mediciones de la temperatura de las tierras de labor y de las tasas de vapor de agua emitido por las plantas durante su crecimiento. Ambos son parámetros clave para administrar los recursos hídricos dedicados a actividades agrícolas y, muy en especial, para “anticiparse en dos o tres semanas a las necesidades de agua de cualquier tipo de cosecha, tanto a escala regional, local e incluso de un terreno de cultivo concreto”, afirma la española.

Los datos que aporte de forma continuada servirán para mejorar nuestra comprensión del ciclo del agua, lo que contribuirá a definir mejor los impactos del cambio climático. Con ellos en sus manos, los ingenieros y técnicos agrícolas podrán calcular “el volumen de agua que requieren los distintos cultivos en diferentes áreas y, en su caso, incluso la frecuencia con la que deben regarse”, insiste Ana Bolea.
Los satélites LSTM obtendrán las temperaturas y las imágenes de la Tierra con una resolución de 50 metros, un grado de detalle cerca de 400 veces superior al que ahora se consigue desde el espacio. Sus observaciones cubrirán un amplio rango de temperaturas, desde aproximadamente -20º C a +30º C, con una precisión de 0,3º C. La compañía que dirige Fernando Varela también asume la integración en los LSTM del instrumento óptico en el infrarrojo térmico de alta resolución que viaja a bordo, el corazón de la misión. Su desarrollo y producción corre a cargo de la planta en Toulouse de Airbus Space Systems France, que ya trabaja en un modelo similar para la misión franco-india Trishna, que volará al espacio en 2025.
