21-06-2021
El Ministerio de Defensa alemán ha remitido a los legisladores una solicitud de aprobación de casi 4.500 millones de euros, es decir, 5.300 millones de dólares, que servirían para pagar las contribuciones del país a la siguiente fase del Sistema Aéreo de Combate Futuro.

La siguiente fase Abarca un conjunto de actividades de investigación y desarrollo tecnológico, denominadas colectivamente fases 1B y 2, entre 2021 y 2027. Durante ese tiempo, los funcionarios quieren iniciar vuelos de prueba regulares con un demostrador, construido bajo los auspicios de la empresa francesa Dassault Aviation.
La solicitud de gasto se produce después de que Francia «rechazara categóricamente» una «fase puente» intermedia en el programa germano-francés-español, según el paquete de justificación remitido por el Ministerio de Finanzas. Berlín había planteado este escenario dado que la pandemia de coronavirus ha retrasado la finalización de un estudio conceptual conjunto así como el desarrollo en curso, conocido como fase 1A.
La participación de Alemania en los gastos de investigación de los siete «pilares» del programa y el desarrollo de un demostrador inicial asciende a 3.300 millones de euros. Además, Berlín tiene que pagar 450 millones de euros para cubrir el equipo suministrado por el gobierno, que según los funcionarios podría incluir el acceso a los motores de las aeronaves y el tiempo en el aeródromo.
En particular, el Ministerio de Defensa quiere crear un fondo separado de 750 millones de euros dedicado exclusivamente a desarrollos nacionales. Esta cantidad pretende asegurar la «participación a nivel de los ojos» de la industria alemana frente a sus homólogos de Francia y España.
Las empresas líderes nacionales del FCAS son Dassault en el caso de Francia, Airbus Defence and Space en el de Alemania e Indra en el de España.
El programa incluye un avión de combate de nueva generación que será apoyado por varios tipos de drones y estará conectado a través de una sofisticada infraestructura de comunicaciones.
Los funcionarios de Defensa describen el plan de gasto nacional previsto por Alemania como una necesidad, dado que el programa trinacional por sí solo no podría producir un arma utilizable para ninguna de las naciones asociadas. Por ejemplo, el desarrollo de los cazas, que se centran en los productos, no tiene en cuenta las comunicaciones por satélite ni la integración de los sensores en varios niveles, lo que ha llevado a Alemania a establecer sus propios desarrollos en esas áreas.
La misma lógica subyace en los planes para un banco de pruebas de aviónica, según la solicitud de gasto escrita a los legisladores. «Las tecnologías de aviónica son un subsistema fundamental para el desarrollo y la mitigación de riesgos del producto operativo», escribieron los funcionarios, añadiendo que esos aspectos están fuera del alcance del programa trinacional.
Los funcionarios alemanes también quieren compensar a nivel nacional lo que consideran una atención insuficiente a los campos de la guerra electrónica, la planificación de misiones, las interfaces de armas y la distribución segura de los datos de los sensores, según el documento.
El gobierno admite aquí que el futuro presupuesto para el FCAS es todo menos seguro en este momento. Se está preparando un fondo de reserva de 4.300 millones de euros para el caso de que el presupuesto de defensa sea demasiado pequeño para llevar a cabo el programa en los próximos años.