Por Silvio Fernández Panadero
El Ejército del Aire tiene una vocación expedicionaria. Sus medios aéreos le permiten proyectar su poder a enormes distancias. Pero las servidumbres logísticas y operativas para formar una Agrupación expedicionaria o establecer una base aérea desplegable son considerables.
Dos unidades especializadas en apoyo sanitario cubren esa necesidad en el ámbito que les es propio: las UMAAD -Unidad Médica Aérea de Apoyo al Despliegue- de Zaragoza y Madrid. Otra unidad especializada, el GRUMOCA, o Grupo Móvil de Control Aéreo presta sus servicios en materias como telecomunicaciones, informática, vigilancia del espacio aéreo y control de tráfico aéreo
En 1984 se creó la EATAM -Escuadrilla de Apoyo al Transporte Aéreo Militar- como otra unidad especializada de apoyo. Por supuesto era necesario mucho más. El 12 de Enero de 1994 los 69 integrantes de la EATAM pasaron a formar parte de una nueva unidad: la EADA -Escuadrilla de Apoyo al Despliegue Aéreo-. Por primera vez se reflejaba de forma orgánica el apoyo al despliegue de unidades del Ejército del Aire como un desafío a abordar en conjunto. No tardaría la nueva unidad en expandirse hasta formar un Escuadrón, el EADA.
El problema del triunfador es que puede morir de éxito. La excelencia del trabajo realizado y la multitud de acciones en el exterior: los Balcanes, Afganistán, Indonesia, múltiples localizaciones en el continente africano… así como lo prolongado -a veces por varios años- de muchos de los despliegues, en no pocos casos sin fecha de finalización a la vista, se convirtió en una pesada carga para la unidad, de la que diversos contingentes del Ejército del Aire solicitan ayuda de continuo. La continua multiplicación y especialización de los tipos de apoyo requerido suponía otro motivo de tensión.
La respuesta del mando fue la creación de un nuevo Escuadrón, el SEADA -Segundo Escuadrón de Despliegue Aéreo- por resolución del JEMA 700/08686/2007 en el acuartelamiento aéreo de Tablada. En 2015, sin salir de la provincia de Sevilla, se asentaría en la base aérea de Morón, donde continúa. En noviembre de 2007 se incorporaron los primeros 11 destinados al Escuadrón. Al año siguiente, sumado al duro trabajo de constitución y entrenamiento de la unidad ya estaban realizando misiones reales en territorio nacional… y en Yibuti.
Pronto llegarían los reconocimientos y premios, como el Premio Especial a la Excelencia en el Sostenimiento, recibido en la undécima edición de 2018. Los 50 shelters que protegen de las inclemencias del tiempo a los F-18 en las bases de Torrejón y Zaragoza son la fehaciente muestra de su trabajo.
Certificó su capacidad operativa plena en DOB 17, donde empleó todas sus capacidades en la DOB (Base Aérea Desplegable) instalada al efecto. Ha tomado parte en RED FLAG, BAP del Báltico, Afganistán, Chad, Rumanía… cerrará el año marchando a Dakar. No podían faltar en Balmis (más de 70 componentes del Escuadrón en funciones de Policía Militar en 27 localidades sevillanas) y Baluarte, a la que aporta seis rastradores. Su historial de actuaciones en el exterior es casi interminable. No menos importante que la función de apoyo al despliegue lo es la de apoyo a Operaciones Especiales. Aunque no tenga la consideración de unidad de operaciones especiales o paracaidista -un 40% del personal posee la aptitud paracaidista, no obstante- sí está calificada como Unidad de Apoyo a Operaciones Especiales (Special Forces Support Unit o SFSU) y como unidad de apoyo a Servicios de Combate (Combat Service Support Unit o CSSU).
Este Escuadrón no es, como pudiera creerse en principio, una réplica orgánica del EADA. Se consideró más adecuado, habida cuenta de la carencia crónica de recursos que aflige a las Fuerzas Armadas y de la especialización de ciertos apoyos que no se duplicarán esfuerzos. De esta forma los prestaría sólo uno de los Escuadrones. Es el caso de la defensa antiaérea y de la defensa NBQR -Nuclear, Biológica, Química y Radiológica-, misiones exclusivas del EADA que desempeñan sendas Escuadrillas. Una Sección de Controladores encuadra los CCT (Combat Control Team), los controladores tácticos paracaidistas, otra capacitación exclusiva del EADA. Otros apoyos, muy demandados, sí requerían de esa duplicación para poder repartir entre las dos unidades el ingente esfuerzo que suponen.
Al Teniente Coronel jefe del SEADA le auxilia en su función de mando una Secretaría General dirigida por un Comandante, compuesta de diversas Secciones y órganos: Operaciones e instrucción, Inteligencia, Servicio de protección de la información clasificada, prevención de riesgos laborales… El Suboficial Mayor de la unidad responde de forma directa ante el jefe del SEADA. El Escuadrón se compone de tres Escuadrillas: de Protección de la Fuerza, de Apoyo a la Movilidad y de Apoyo General. Esta última apoya al Escuadrón en lo que concierne a armamento, automoción, medios CIS -Communication and Information Systems, esto es telecomunicaciones e informática- , abastecimiento en general y transporte.
Las otras dos Escuadrillas asisten a las unidades desplegadas. La de Apoyo a la Movilidad consta de tres Secciones: de Apoyo al Transporte aéreo, de Instalaciones y Medios de Despliegue y, por último, la Sección de Ingeniería, especialidad de nueva creación y de la que el SEADA ha sido elegido Unidad de Referencia del Ejército del Aire. La Escuadrilla de Protección de la Fuerza consta de las Secciones de Defensa Terrestre, Medios Técnicos, Cinológica y Equipos EOD. A éstos habría que añadir un equipo de tiradores de precisión. Un trabajo ímprobo para una unidad cuyos efectivos en estos momentos no alcanzan los 200 militares encuadrados por sólo 9 Jefes y Oficiales. Como nos explicaba el jefe del SEADA, todo el mundo colabora en todas las tareas, como personal con cierto grado de conocimiento dirigido por los más expertos en la materia. La falta de personal no permite en muchos casos una compartimentación en la que cada uno sólo se ocupe de lo ‘suyo’. Como muestra de la presión que recae sobre estas unidades, con gran parte de su personal y material desplegado por territorio nacional -Canarias- o extranjero -como es el caso de Yibuti- han tenido que dar lo mejor de sí para unirse a SIRIO apoyando al Ala 11 y al hogar de ambos: la base aérea de Morón.
A nuestra llegada a la base nos encontramos con el TAOR -Task Area of Responsability o Área de responsabilidad levantado por el SEADA. Un campamento cuya seguridad interior -con zonas de circulación general y zonas reservadas con diferente clasificación y los correspondientes controles de acceso para entrada y salida-, exterior y perimetral corría a cargo de la Escuadrilla de Protección de la Fuerza y su personal a pie o en vehículos, con obstáculos y medios anti-intrusión convenientemente dispuestos, además de los sensores y cámaras de seguridad precisos. También apoyaban la seguridad del BOC de la Base. A la protección de la fuerza propiamente dicha debemos añadir el mando y control de las áreas funcionales activadas de protección de la fuerza, actividad que se realiza en estrecha coordinación con el BOC de la base aérea de Morón.
Además de la Sección de medios técnicos hay otras tres pequeñas unidades muy especializadas en el seno de la Escuadrilla de Protección de la Fuerza: una de ellas es la Sección cinológica, con varios perros especializados en la detección de explosivos y dos perros más para la detección de drogas. Otra de las unidades es la Sección EOD -Explosive Ordnance Disposal- de desactivación de artefactos explosivos -los perros especializados y sus guías trabajan en estrecho contacto con ellos-. Se forman en los cursos de Desactivación de explosivos (EOD) o de Reconocimiento de artefactos explosivos (EOR) para Oficiales, Suboficiales o Tropa de la Academia de Ingenieros del Ejército de Tierra en Hoyo de Manzanares (Madrid). También pueden asistir a los cursos de TEDAX. Y habría que añadir a las anteriores un pequeño equipo de tiradores de precisión, calificados tanto con el Barret pesado de 12,7 mm como con el Accuracy medio de 7,62 mm.
Hemos visto alguna de las misiones de defensa terrestre en la configuración de un TAOR. Podrían añadirse otras como las de Policía Militar o las de escolta de autoridades presentes en la base, o protección de material, vehículos y personal en el exterior de la base, por mencionar algunas. Otras misiones de protección de la fuerza son menos conocidas, como es el caso de la de los equipos AMPT -Air Mobility Protection Team- en los desplazamientos de aeronaves a lugares donde la seguridad es, cuanto menos, precaria… si es que hay alguna. Estos equipos embarcan con la tripulación en el avión, y desplegarán en el punto de aterrizaje para dar protección a tripulación y aeronave.
Uno de los servicios principales que presta la Escuadrilla de Apoyo a la Movilidad es el apoyo al despliegue y al repliegue propiamente dicho, es decir, el apoyo de la unidad expedicionaria en su salida y regreso al territorio nacional. Después debemos considerar los apoyos prestados en zona durante la duración del despliegue. La Sección de Apoyo al Transporte Aéreo se ocuparía del establecimiento de una SATRA para realizar las funciones de una terminal aérea: confección de cargas a transportar, carga, estiba y descarga de material en aeronaves, control de personal y material, etc. Sería su responsabilidad la función CATO -Combined Air Terminal Operations- en bases aéreas y aeropuertos que dan apoyo a operaciones multinacionales. El Ejército del Aire adquirió una gran experiencia en la materia en Herat, Afganistán.
Otro de los apoyos proporcionado por dicha Escuadrilla es el proporcionar las instalaciones y medios de apoyo al despliegue para establecer las zonas de vida, movimiento y trabajo en una base. Han de ocuparse de su montaje, mantenimiento y servicio, así como del desmontaje y evacuación del material al término del despliegue. Contenedores con su equipo de climatización, abrigos para aeronaves, etc. Por citar un ejemplo, el personal técnico que ha podido trabajar con sus delicados equipos electrónicos e informáticos en zonas habilitadas al efecto con un aceptable grado de comodidad y correctamente climatizadas mientras en el exterior de los contenedores, tiendas o abrigos, en lugares paradisíacos como Afganistán, Yibuti o el Sahel se enfrentan según los casos a un frío extremo, calor sofocante, a una atmósfera llena de polvo o saturada de humedad, lluvias torrenciales… sabe del buen hacer de esta Sección.
La Sección de Ingeniería militar y Castrametación es unidad de referencia para dicha especialidad, una novedad en el Ejército del Aire. Movimiento de tierras, construcción o reparación de infraestructuras básicas, en especial las pistas de rodaje y despegue son algunas de las áreas de trabajo. Todo debe hacerse con material y maquinaria desplegable, como lo es todo el material del SEADA. Uno de los dos ingenieros de la unidad ya tiene el curso de castrametación del Ejército de Tierra y se procurará que el otro lo realice lo antes posible. Sus capacidades, adquiridas en un tiempo muy breve y las bondades de su material y utillaje han sorprendido a unidades de zapadores del Ejército de Tierra, como los de la Brigada de Paracaidistas Almogávares VI.
En SIRIO, tras el ‘ataque’ sufrido por la base, les correspondió realizar el correspondiente rastreo de zona y la entrada de los equipos EOD para neutralizar los artefactos previamente localizados y señalizados. Con la zona asegurada se procedió a la reparación rápida de daños, como el cráter en la pista. Pero a veces el tiempo apremia, a pesar de los hormigones especiales de fraguado rápido por haberse demorado demasiado el asegurar la zona o por ser urgente la continuación de las operaciones aéreas. Se dio solución provisional al problema gracias a unas planchas metálicas de suficiente resistencia. Resistencia que se probó de forma expeditiva: cargando un camión IVECO de la unidad con un contenedor lleno de material que sobrepasaba holgadamente las 20 toneladas, para hacerlo circular a toda velocidad sobre las planchas… con resultado óptimo.
Valgan estas líneas como reconocimiento al denodado trabajo de una unidad expedicionaria del Ejército del Aire que a pesar de su juventud ya puede hacer gala de un impresionante historial y que puede ostentar con legítimo orgullo en su emblema su bien ganado lema “NULLI SECUNDUS”.
Este reportaje consta de 4 partes, las cuales 3 restantes aquí mencionamos:
Parte 1: “Ala 11 de Morón, Sirio-eagle eye: la defensa aérea a prueba”
Parte 2: “Ala 11 y Grupo 11 de fuerzas aéreas de la Base Aérea de Morón”
Parte 3: “Base Aérea de Morón, vanguardia en la instrucción de pilotos de Eurofighter”