Por: Salvador Tomás Rubio
“LAS COSAS NO SON COMO SON… SINO COMO NOS PARECEN”
“El observador crea la realidad, independiente de la realidad misma”. (P. Cancino)
Sin necesidad de adentrarnos en el “efecto de la realidad” según la física cuántica –con unos científicos de acuerdo y otros en desacuerdo-, ni turbarnos como consecuencia del problema ontológico o epistemológico sobre “qué es lo real y que es la verdad” de la psicología de la percepción, y más allá del realismo filosófico que arrastra el concepto, esta observación sobre la Percepción de la realidad hartamente repetida, y no siempre racionalmente aceptada, puede llegar incluso a ponernos en un serio apuro o llevarnos al desastre.
Las tripulaciones de vuelo están decidiendo continuamente. Desde el mismo momento en que el comandante acepta su aeronave para el vuelo hasta el estacionamiento en plataforma después del aterrizaje, la operación aeronáutica exige que quienes la realizan se enfrenten permanentemente al dilema de la toma de decisiones. Y, lamentablemente, muchos incidentes y accidentes provienen muy posiblemente de decisiones erróneas, en bastantes casos, fruto de una inadecuada conciencia sobre una situación concreta. Y tener una conciencia situacional completa, precisa y actualizada es algo esencial para aquellos que son responsables de asumir el control de circunstancias complejas altamente dinámicas y de gran riesgo, como pilotos, controladores, personal de gestión de emergencias, cirujanos, mandos militares, y un largo etc.
Todos estamos involucrados personalmente en la creación de nuestra propia realidad lo más vinculada posible a la realidad misma, que se sustenta, como vamos a ver, en el factor perceptivo, teniendo muy en cuenta que éste es fundamental en el engranaje del procesamiento de la información que podemos ver sintetizado en el siguiente continuo:
Sensación -> Percepción -> Conocimiento -> Evaluación/Juicio -> Toma de decisiones.
Fíjense que todo parte de la SENSACIÓN, función puramente fisiológica, fuente principal de información acerca del mundo exterior y de nuestro propio cuerpo. Que se transforma en PERCEPCIÓN, ya como función psíquica, por la cual selecciona, organiza e interpreta la información recibida para que pueda convertirse a su vez en CONOCIMIENTO al procesar la información sensorial y perceptiva del ambiente, de experiencias anteriores y a través de actividades mentales. La EVALUACIÓN/JUICIO es la consecuencia lógica del proceso intelectual en marcha mediante el cual comparamos la información que recibimos con la almacenada en nuestra memoria o con la información que se recibe de otras fuentes dignas de crédito, para extraer conclusiones. Acabando en una TOMA DE DECISIÓN, conclusión a que se llega después de considerar una serie de premisas, y ésta ya provoca o puede provocar una potencial acción.
Hemos dicho que la Percepción es el cimiento en el que se sustenta el procesamiento de la información al pasar a formar parte de una actividad mental. Pero la Percepción es subjetiva, varía según individuos y momentos; es selectiva, no se puede percibir todo al mismo tiempo y selecciona su campo perceptual en función de lo que quiere percibir; y es temporal, porque es un fenómeno a corto plazo en función de incorporación de más información o de variación de necesidades y motivaciones. Obviamente, son generalmente conocidos toda una serie de factores que influyen o pueden influir en la percepción de la realidad, como son:
- La propia naturaleza de los estímulos sensoriales: Similitud; Proximidad; Continuidad; Clausura; Destino común.
- También el fondo o la forma del propio estímulo sensorial.
- Y, por supuesto, las fluctuaciones propias de la percepción, como son: Las Figuras imposibles; el Movimiento aparente; el Efecto autocinético (movimiento en la oscuridad por falta de referencias); y la Post-imagen del movimiento (movimiento contrario), etc.
Factores todos que pueden derivar en vuelo a errores de percepción debido a distancia, altitud y/o velocidad determinadas incorrectamente, así como a desorientación espacial e ilusiones visuales. Sin olvidar que tiene la Percepción toda una larga lista paralela de factores potencialmente influenciadores, más o menos según momento y circunstancia, como son:
- Las características de quien percibe (edad, sexo, permeabilidad, constancia, profundidad, atención, etc.)
- Eventuales privaciones sensitivas
- El aprendizaje y maduración
- Las emociones y sentimientos
- La motivación
- Las actitudes
- Las influencias sociales
- Los factores culturales
Etc., etc.
Todos ustedes habrán visto, en más de una ocasión, esos curiosos fenómenos, “bromas de la percepción” las llamo yo, ilusiones visuales que nos demuestran la realidad de estas aseveraciones y que circulan prolíficamente por Internet. Como muestra valga un botón aportando tres de las más conocidas figuras:
Podríamos seguir mostrando numerosos ejemplos más, algunos de ellos verdaderamente curiosos. Pero en otro orden de cosas, un poco más arriba en este texto, decíamos que la Percepción era, además de subjetiva y temporal, selectiva, no se puede percibir todo al mismo tiempo y puede no disponerse de toda la información, como sucede muy habitualmente, por eso selecciona su campo perceptual en función de lo que quiere o espera percibir. Pues bien esta selectividad queda perfectamente explicada en la parábola de los ciegos y el elefante.
Los ciegos y el elefante es una parábola con origen en la India que ha sido utilizada para ilustrar la incapacidad del ser humano para conocer la totalidad de la realidad. También se ha usado para expresar la relatividad, la opacidad o la naturaleza inexpresable de la verdad, así como el comportamiento de los expertos en campos donde hay un déficit o falta de acceso a la información, y en consecuencia la necesidad de comunicación y el respeto por perspectivas diferentes.
Un grupo de hombres ciegos tocan el cuerpo de un elefante para comprender como es. Pero cada uno de ellos toca una parte distinta, y solo esa parte, luego ellos comparan sus observaciones y se dan cuenta que no coinciden en nada. (Wikipedia, Enciclopedia libre).
Y cuantas veces sucede esto en distintos ámbitos de la vida, juzgamos y actuamos con solo una parte de la información posible, probablemente nos quedamos con la que más nos interesa.
Pero vayamos directamente a una información más cercana a la práctica aérea. Por ejemplo, las ilusiones visuales más comunes durante el vuelo y en la aproximación para el aterrizaje pueden ser causadas por una o varias de las siguientes circunstancias, entre otras:
En vuelo:
- Se pueden producir en los virajes al pasar de lentos a fuertes, creando la ilusión de viraje en sentido contrario.
- La ilusión por efecto coriolis puede originarse por movimientos bruscos de la cabeza en virajes a velocidad constante, llevando a crear la ilusión de rotación o movimiento en un eje totalmente diferente.
- En la recuperación de una barrena se puede crear la ilusión de barrena en sentido y contrario.
- La ilusión de inversión se da en un cambio repentino de vuelo recto y nivelado a ascenso y puede crear el efecto de entrada en pérdida del avión con la respuesta instintiva de bajar el morro bruscamente, circunstancia que agrava la ilusión.
- La ilusión de un falso horizonte se da con deficiente visibilidad por cierto tipo de formación de nubes, horizonte oscuro, pocas luces en tierra y estrellas brillantes.
- Y la autokinesis se presenta cuando, en la oscuridad, al observar por varios segundos una luz estática, parece que ésta tomara movimiento.
En el aterrizaje:
- Terreno de aproximación en pendiente positiva ó negativa. En una pista con pendiente hacia arriba, se puede crear la ilusión de que la aeronave está más alta de lo que en realidad se encuentra. Y lo contrario en la pendiente hacia abajo.
- Anchura de la pista. Una pista más estrecha de lo habitual puede crear la ilusión de que la nave se encuentra a más altura de lo que en realidad está. Una pista más ancha de lo acostumbrado puede tener efecto contrario.
- Terreno de aproximación sin relevancia ó puntos de referencia. La ausencia de rasgos en el terreno, como cuando se aterriza sobre el agua en el desierto o sobre nieve, puede hacer sentir que la aeronave esta a mayor altura, lo que puede generar la tendencia a realizar una aproximación baja.
- Ilusiones atmosféricas. La lluvia en la ventanilla puede crear la ilusión de mayor altura y la niebla de estar a mayor distancia de la pista. Y los chaparrones aislados generan ilusión de morro alto.
- El efecto de agujero negro se produce con alta intensidad de la iluminación de la pista y noche muy oscura.
- Y las ilusiones de luces de tierra en un camino recto como una carretera, o las luces de una torre pueden confundirse con las luces de la pista o las de aproximación, en especial en áreas donde pocas luces iluminan el terreno circundante, lo que visualmente puede crear la ilusión de estar a menor distancia del terreno.
Permítanme ahora ilustrar estas circunstancias con unos pocos ejemplos, pero todos ellos de dramáticos resultados, para demostrar cuáles pueden ser las potenciales consecuencias negativas derivadas, de una manera u otra, del fenómeno perceptivo.
- En 1979 un DC-10 en vuelo turístico a la Antártica se estrelló en la vertiente de un volcán de 4.000 m. Descendió por debajo capa de nubes a 2.000 m. para que los pasajeros viesen los glaciares. No vio la vertiente del volcán con 70 km. de visibilidad. Sufrió “Ilusión de velo blanco”. No había recibido instrucción en fenómenos ilusorios en zonas árticas.
- En 1983 un Cessna Citation se estrelló en el Reino Unido al ir aterrizar en aproximación sobre el mar. Noche muy oscura aproximación hacia zona iluminada. Sufrió la ilusión óptica de “agujero negro”.
- En 1988 un Airbus 320 se estrelló en Francia al tomar en pista corta con una TWR de solo 15 m. de altura. Sufrió el “efecto escala”. Estaba acostumbrado a aterrizar en pistas de 2.000 m. ó más con TWR de 30 m. de altura.
- En 2010 un helicóptero de Salvamento Marítimo español se estrella en una misión de rescate. El piloto no evaluó adecuadamente la altitud a la que se encontraba debido a una «ilusión visual generada al utilizar solo referencias externas”.
Esta situación también conocida como desorientación espacial es la tercera causa de los accidentes en aviación comercial atribuidos al factor humano. Según estadísticas afecta al 10/15% de la accidentabilidad en aviación civil y al 20/30% en la aviación militar. Y mayoritariamente, como hemos visto, se dan los errores de percepción y decisión en operaciones nocturnas y en condiciones meteorológicas adversas y durante la aproximación y aterrizaje, sin menospreciar otras circunstancias del vuelo. (Ver articulo Desorientación espacial, por el Dr. Juan Jose Cantón Romero en esta misma revista HISPAVIACION 2.0)
Como ustedes comprenderán no se ha pretendido desarrollar profusa ni de forma excesivamente técnica un tema tan especializado, solo traer a colación en un artículo y únicamente con pretensiones divulgativas, la importancia que factores como éste, muchas veces no tenidos debidamente en cuenta, pueden llegar a afectar a la seguridad del vuelo. Conocer exige Percibir, pero en las mejores condiciones posibles, conociendo las “trampas” que la Percepción puede esconder, ya que percibir es el modo en que el individuo construye el conocimiento que tiene de las cosas, de las personas, de las situaciones. Y, con ello, llamar la atención sobre esta “llave” denominada Percepción que abre nuestro Conocimiento para que nos lleve sin sobresaltos a una operación segura.
Buenisimo!
¡Bravo Salvador!
Muy claro, conciso y bien ilustrado.
Como observadora: ¡usted siempre acierta!
Carmen M.
El informe es exelente…un contenido desde la experiencia. En el momento uno se pregunta cuando está en la cabina de un cockpit de avion…que hago..como lo hago quien me mando estar aquí….miles pero estar es sentirse. Wonderful…