Por: Luis Martín-Crespo
El lanzamiento del APOLLO XIII cumplió 45 años el pasado 11 de abril de 2015. Una de las misiones más emblemáticas de la NASA durante el Programa espacial APOLLO y que marcó un momento histórico por la situación vivida por los astronautas y por el desarrollo de la misión en si misma llena de problemas que puso al límite la imaginación humana.
Desde Hispaviación 2.0 nos unimos a la celebración de este aniversario destacando la trayectoria aeronáutica de sus tripulantes como pilotos militares antes de acceder a la NASA como astronautas.
La misión Apollo XIII estaba destinada a ser la tercera del Programa con el objetivo de alunizar en la zona volcánica de Fra Mauro, donde la NASA creía que iban a obtener material realmente lunar, ya que las anteriores muestras obtenidas en los “mares” de la luna por las dos anteriores misiones que alunizaron, no les proporcionaban a los científicos de la Agencia suficiente conocimiento de nuestro satélite, y de ahí el lema de la misión: “Ex Luna, scientia” (de la luna a la ciencia). Pero el 14 de abril a las 3:08:35 GMT una chispa generada en un disco de ruptura al remover uno de los tanques de oxígeno del módulo de servicio, hizo que Jim A. Lovell dijera aquello de «Houston, tenemos un problema», transformando la misión en una operación de rescate espacial en lugar de un alunizaje científico.
De la fallida misión lunar en sí misma y acerca de sus problemas se han escrito ríos de tinta y forma parte del conocimiento aeroespacial de la sociedad, en gran medida gracias al éxito de la película protagonizada por Tom Hanks. Pero lo que no es tan conocido, incluso entre la comunidad aeronáutica, es la trayectoria pre-astronáutica, como pilotos militares, de cada uno de los integrandes de Apollo XIII.
A bordo de la nave iban el Comandante James A. Lovell, el copiloto Fred W. Haise y el piloto del módulo de mando John L. Swigert.
Tres astronautas con el background común de piloto de prueba militar, requisito imprescindible desde las primeras misiones.
JAMES A LOVELL
Lovell mostró desde joven un interés muy intenso por el mundo espacial pero sabía que si quería acceder de alguna manera a la NASA como astronauta debía tener formación militar de vuelo e ingeniería, y por ello nada más terminar el instituto accedió a un programa de la Armada que le facilitaría este acceso. Pero no llegó a completarlo ya que lo dejó por la Academia Naval de Annapolis, la auténtica cuna de los aviadores militares de la Armada.
Una vez en Annapolis, Lovell fue ascendiendo grados, mientras la ingeniería y la ciencia le absorbían su mayor interés y potencial, hasta que finalizó su formación graduándose en 1952. De la promoción consistente en 783 alumnos, sólo 50 fueron elegidos como aviadores navales de manera inmediata, y Lovell fue uno de ellos con el rango de Alférez.
Fue destinado a la Base Aeronaval de Moffett Field, cerca de San Francisco donde le asignaron al Tercer Escuadrón Compuesto. Este escuadrón era un grupo de portaaviones que se especializaba en vuelo nocturno. Un primer destino nada sencillo ya que nocturnidad y movimiento de la plataforma de aterrizaje -movimiento del buque- suponen una complicación extra.
Comenzó a volar inmediatamente y a ganar experiencia en el manejo de aeronave lanzada por catapultas, y seis meses más tarde estaba ya volando sobre el mar del Japón con su avión F2H Banshee y a bordo del portaaviones USS Shangri-La. Después de 107 aterrizajes nocturnos se convirtiría en instructor de la nueva generación de cazas embarcados, los FJ-4 Fury, F8U Crusader y F3H Demon.
Tiempo después, solicitó el traslado al Centro de Pruebas de la Armada de Patuxtent River, en Maryland, traslado que le fue concedido y donde sirvió durante cuatro años como piloto de pruebas volando el F4H Phantom y encargándose de evaluar el sistema de armamento del avión.
Durante esta estancia en Pax River conoció a Charles Conrad, y a Wally Schirra, a la postre compañeros suyos en la NASA.
También sirvió con el Escuadron 101 de la Base Aérea de Oceana, en Virginia, ejerciendo tareas de Oficial de Seguridad.
En 1961 consiguió alcanzar más de 7.000 horas de vuelo, de las cuales más de 3.500 fueron en aviones de combate.
En Septiembre de 1962 y como capitán de la Armada, fue seleccionado por la NASA para formar parte de su grupo de astronautas de las misiones Gemini y Apollo.
FRED W HAISE
Comenzó su carrera militar en Octubre de 1952 como cadete de aviación naval en la Base Aérea de Pensacola en Florida, antes de servir como instructor de vuelo en la Base Aeronaval de Kingsville, en Texas. Dos años después, en 1954 sirvió en Carolina del Norte como piloto de caza de los Marines volando el F2H-4 Banshee, y posteriormente el F9F-8 Cougar, donde permaneció dos años más antes de entrar en 1957 en la Guardia Aérea Nacional de Oklahoma donde sirvió como piloto interceptor en el Escuadrón 185 volando aviones como el F-80 Shooting Star y el F-86 Sabre y a finales de 1959 fue piloto de ensayos para la NASA en el centro de ensayos Glenn, en Cleveland, Ohio.
Posteriormente, en 1961 fue transferido al Escuadrón táctico 164 de Mansfield, Ohio, donde sirvió como Jefe del Escuadrón de combate 164 de la Fuerza Aérea durante algo menos de un año. Durante este periodo, voló el F-84 Thunderstreak.
Desde 1963 y durante un periodo de tres años, Haise fue piloto de pruebas sirviendo como civil para la NASA en la Base Aérea de Edwards, donde continuó con su entrenamiento de vuelo y donde voló aviones como el F-104 starfighter.
Hasta entonces, Haise había obtenido 9.300 horas de vuelo, de las cuales, más de 6.200 fueron en aviones de combate.
En 1966 fue transferido al centro espacial de vuelos tripulados de Houston, donde fue seleccionado como astronauta en Abril de ese mismo año y reasignado al Centro Espacial Johnson como tal.
Después de la misión Apollo XIII y de que el programa APOLLO terminase, Haise comandó una de las tripulaciones que se asignaron para los vuelos de pruebas del Enterprise, realizando varios vuelos de planeo, aproximación y tomas sin motor con el transbordador, y fue seleccionado como comandante de la misión STS-2, aunque fue cancelada y ya nunca regresó al espacio.
JOHN L SWIGERT
John Leonard Swigert Jr, más conocido como “Jack” Swigert, estuvo siempre fascinado por la aviación, y con 16 años obtuvo la licencia de piloto privado.
En 1953 entró en la Fuerza Aérea y fue destinado a la Base Aérea de Nellis en Nevada, donde completó su entrenamiento de vuelo, y posteriormente fue asignado como piloto de caza en Japón y Korea donde completó varias misiones de combate.
Después de completar sus periodos activos, fue transferido a la Guardia Aérea Nacional de Massachusetts desde 1957 a 1960 y después a la de Connecticut de 1960 a 1965 con el Escuadrón de interceptación 118 donde voló el F-86 Sabre y el F-100 Super-Sabre.
En 1966 fue seleccionado como astronauta en la NASA, y hasta entonces había obtenido 8.000 horas de vuelo, incluyendo más de 6.430 en aviones de combate.
Actualmente en el Aeropuerto Internacional de Denver se erige una estatua de Swigert.
GALERIA FOTOGRÁFICA:
Enhorabuena Luis. El más mediático, a mi parecer, ha sido siempre Jim Lovell (principalmente por su libro «Lost Moon», que aquí se publicó como Apolo 13 a raíz de la película basada en el mismo, así como por su participación en entrevistas y demás eventos, por lo que siempre es una bocanada de aire fresco el saber algo más de los otros dos miembros de la tripulación. De Swigert por ejemplo lo que más se conoce, es la forma en la que desgraciadamente nos dejó, por lo que la información sobre su vida operativa es realmente interesante. Enhorabuena de nuevo.
Muchísimas gracias Javier. Podíamos haber hablado de la misión en sí pero no hubiéramos aportado nada nuevo, por eso hemos querido descubrir desde estas líneas una nueva perspectiva hablando de la tripulación, y sobre todo de algo que creemos bastante poco conocido como es la trayectoria de cada uno como pilotos militares antes de entrar en la NASA, una trayectoria que sirva para conocer a esos “pioneros”, porque en el fondo es lo que fueron, y es un tema que nos ha parecido perfecto para complementar el aniversario.
Efectivamente Lovell siempre ha sido el más mediático por ser el comandante de la misión y por el libro que comentas y muy seguramente por la película, pero desde luego Swigert y Haise son igual de importantes en el artículo y en la misión de la que hablamos.
Muchísimas gracias por tus comentarios.
Un abrazo