Por: Juan pons
La compañía alemana OHB lidera la defensa planetaria europea con la contribución clave de la española GMV
La NASA de Estados Unidos con la misión DART y la Agencia Espacial Europea (ESA) con el proyecto HERA han coordinado sus esfuerzos para defender a la Tierra del impacto de asteroides, objetos peligrosos que deambulan por el Sistema Solar.
Mientras que la sonda norteamericana DART ‒acrónimo de Double Asteroid Redirection Test‒ sigue a buen ritmo su proceso de fabricación para ser puesta en órbita en el verano del próximo año, la europea HERA acaba de dar su primer paso para convertirse en realidad. Hoy martes, 15 de septiembre, se ha firmado en Darmstadt (Alemania) el contrato por el que la ESA designa a la compañía alemana OHB como contratista principal para las fases de diseño detallado, fabricación y pruebas.
Con un tamaño aproximado de 2,2 x 2 x 1,8 metros y un peso al despegue de unos 870 kilos, HERA va a ser la primera misión interplanetaria europea en visitar de cerca una pareja de asteroides que navegan por el espacio. Ambos conforman el asteroide binario Didymos catalogado 65803, un conjunto formado por una gran roca irregular de 780 metros de diámetro llamada Didymain, y por otra más pequeña a modo de Luna, que rota alrededor de la mayor a 1,2 kilómetros de distancia. Conocida como Didymoon, tiene un diámetro de 160 metros, semejante al tamaño de las mayores pirámides de Egipto y de buena parte de los asteroides peligrosos que pululan por el cosmos.
Con su lanzamiento al espacio planificado para octubre de 2024 a bordo de un lanzador europeo Ariane 6, la finalidad de HERA es estudiar en detalle ambos cuerpos cuando a finales de 2026 llegue a sus proximidades. Entonces desplegará dos nano satélites de pocos kilos de peso que lleva adosados, que tomarán imágenes y datos del cráter de impacto que la pequeña astronave DART ‒de media tonelada y obra del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins y la NASA‒ habrá provocado cuatro año antes, tras chocar contra Didymoon en octubre de 2022 a 10,9 millones de kilómetros de la Tierra.
También obtendrá datos sobre la composición y estructura externa e interna del más pequeño de los dos asteroides y, “muy en especial, de los cambios en la órbita de Didymoon”, puntualiza el alemán Michael Küppers, director científico de la misión”. “Lo que pretendemos es estudiar la viabilidad técnica del impacto cinético para desviar un asteroide en caso de encontrarse en trayectoria de colisión con la Tierra”, lo que no es el caso de Didymos que “no representa ninguna amenaza”, asegura Küppers.
El objetivo final de ambos proyectos “independientes pero coordinados”, aclara el astrofísico alemán ‒que trabaja en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), de Villanueva de la Cañada (Madrid)‒ consiste “en poner a punto una metodología viable para desviar asteroides de su curso de colisión con la Tierra y con los resultados de esta colaboración internacional extrapolar los resultados a otros asteroides”.
GMV en cabeza de la participación española
Alemania aporta del orden del 38% de la financiación requerida para hacer realidad HERA, seguida de Italia (en torno al 8%) y Bélgica (cerca del 11%). España se sitúa en el entorno del 6%, porcentaje nada despreciable si tenemos en cuenta que son 13 los países que participan en el proyecto y otros 5 los que efectúan otras modalidades de contribuciones.
El sistema de guiado, navegación y control ‒GNC por su acrónimo en inglés‒ de HERA está bajo la total responsabilidad de la compañía tecnológica española GMV y es “quizás, el más ambicioso de cuantos se han concebido para las misiones interplanetarias de la ESA”, afirma Jorge Potti, director general de Espacio de la compañía española, que en su sede central de Tres Cantos (Madrid) cuenta con uno de los laboratorios robóticos más avanzados de Europa para validar sistemas de GNC.
Tras la firma del contrato la etapa que ahora da comienzo “consiste en diseñar en detalle, fabricar y probar un sistema GNC autónomo muy complejo”, cuya fecha de entrega para su integración en la sonda espacial se sitúa para el segundo semestre de 2023. Una vez en órbita y en las fases iniciales de la misión, el GNC de HERA ejecutará “de forma automática” el plan de vuelo que deben definir en tierra los controladores humanos”, subraya Potti.
El GNC “resulta decisivo para controlar la seguridad de la astronave y garantizar el éxito de la misión” ya que ‒puntualiza Jorge Potti‒ el asteroide sobre el que orbitará HERA es un cuerpo “muy pequeño e irregular, del que desconocemos su masa y su campo gravitatorio”.
Según se vayan validando las funciones y equipos embarcados, la nave volará cada vez más cerca de la superficie del asteroide, y el nivel de autonomía del GNC aumentará de forma progresiva, calculando de forma autónoma las maniobras. De este modo, HERA conseguirá volar a una altura segura, o si el riesgo de colisión supera determinado umbral, ejecutará una maniobra de escape, “una innovación que hemos incorporado”.
Para GMV, HERA es un “muy importante eslabón” en la apuesta de la compañía por desarrollar sistemas GNC embarcados en misiones complejas de exploración espacial. En definitiva, HERA “abona nuestras opciones de cara a invertir y estar presentes en futuras misiones lunares y marcianas”, recalca Jorge Potti.
Lucerna dijo no y Sevilla dijo si
La ESA ha confiado en otras dos compañías españolas. Una de ellas es la firma ilicitana Emxys, que va a poner a punto el equipo miniaturizado que a bordo del cubesat Juventas debe medir el campo gravitacional del asteroide. A cargo de la compañía danesa GomSpace y de la filial de GMV en Rumania, Juventas es uno de los dos nano satélites que orbitarán Didymoon. Otras dos compañías españolas, Thales Alenia Space España y SENER facilitarán las comunicaciones de espacio profundo entre la sonda y las estaciones en Tierra, así como las antenas para las transmisiones ordinarias y de emergencia.
La misión HERA recibió la luz verde definitiva en la cumbre ministerial de la ESA celebrada en Sevilla a finales de noviembre pasado, una vez que la Agencia Aeroespacial Alemana (DLR) se comprometió a aportar una importante cantidad de dinero para seguir adelante con el proyecto.
Bautizada con el nombre de la diosa griega del matrimonio, HERA es la revitalización de la fallida AIM (Asteroid Impact Mission), una iniciativa europea que fue cancelada al no recibir la financiación suficiente para que los ministros le dieran el visto en su reunión del 1 de diciembre de 2016 celebrada en Lucerna (Suiza). Sin embargo, AIM no fue un proyecto pionero. El mérito es de la empresa española Deimos Space, que a mediados de la década de 2000 se situó a la vanguardia de la defensa planetaria con su ambiciosa propuesta Don Quijote, que admitida y más tarde canceladas por la ESA al adelantarse demasiado a su tiempo.
HERA es el proyecto con el que la Agencia europea aspira a situar de nuevo al viejo continente en cabeza de la exploración planetaria. Con ella pretende repetir un éxito semejante al alcanzado el 12 de noviembre de 2014 con la astronave Rosetta, cuando los técnicos de la ESA lograron posar la pequeña sonda Philae en la superficie del cometa 67P/Churyumov, toda una proeza.