La Opción de la Aviación Ejecutiva

07-08-2020. por: Oscar Xaire

En esta preocupante crisis del COVID19 en el sector de la aviación muchos clientes tienen a su disposición otras variantes. Aunque el escollo principal pueda parecer el factor económico, volar en un avión privado ha sido y es una opción muy interesante. Y es un hecho que no deja ya lugar a dudas. Vamos con ello.

Aviación Ejecutiva

Hablando desde un punto de vista completamente operativo, como tripulante técnico de aviación ejecutiva, los datos ofrecidos por asociaciones como la EBAA no sólo son contrastables sino que son evidentes. El aumento de vuelos desde que empezaron a normalizarse las operaciones a primeros de mayo ha sido considerable y, en comparación con épocas similares, el porcentaje es superior a otros ejercicios anteriores.

El cumplimiento de las recomendaciones operacionales de EASA es muy diferente si lo aplicamos a una aerolínea o si lo hacemos en una compañía ejecutiva, es obvio que las diferentes capacidades de las aeronaves y los procesos adheridos para completar las operaciones son poco parecidos, pudiendo afectar en parte a la decisión final de un supuesto pasajero para realizar un trayecto. Esto va unido a políticas de comercialización muy interesantes por parte de las compañías de aviación ejecutiva que están haciendo efecto y que alejan el prejuzgado escollo económico de potenciales clientes con capacidad para asumirlo y se deciden a volar de manera privada. Independientemente de todo esto hay algo que remarcar: el poder salir a una hora elegida por el cliente, del origen que desee al destino que elija y volver el día y a la hora que quiera es algo que siempre ha estado ahí, a diferencia de lo establecido en vuelos regulares y a pesar de la actual crisis por el COVID19. Tratemos de verlo con detenimiento.

Lógicamente no es comparable alquilar un avión privado con capacidad para 15-20 pax que hacerlo en uno de 7-8. La situación más favorable se está dando en el sector de aviones de corto y medio radio, reactores y turboprops que albergan la capacidad de llegar a cualquier ciudad de Europa con unos precios muy competitivos desde, por ejemplo, la península ibérica y que tienen todas las papeletas de cubrir el aumento de porcentaje de vuelos y contrataciones por clientes que se está experimentando. No vamos a relatar la efectividad o no de los famosos filtros de recirculación que tanto están dando que hablar en los medios, seamos claros con lo que acontece a la hora de decidir volar en un avión para ir de un punto A a un punto B en las diferentes variantes.

El tratar de evitar las posibles multitudes con desconocidos que vamos a encontrarnos en todo el proceso de volar, en mi opinión factor fundamental, es algo que quisiéramos en estas desgraciadas circunstancias pero no todos lo tendrán al alcance. Independientemente de los protocolos que existen en vigor que tratan de minimizar el riesgo de contagio entre las personas y que estarán implementándose en todo el proceso.

Empezamos por llegar al aeropuerto con la intención de realizar un vuelo de Madrid a Palma. Decididos a volar en una compañía de vuelos regulares deberemos estar en la terminal con cierta antelación previa al vuelo: antelación para realizar un check in si no se ha facturado antes electrónicamente, pero obligado si se va a facturar equipaje: en un vuelo europeo será necesario hacerlo antes de 45 minutos de la salida (45 de antelación previa a la salida del vuelo, límite en el check in). Esto también conlleva estar en contacto directo con más personas en las colas. Posteriormente el paseo para alcanzar y pasar el filtro de seguridad para entrar en la zona de embarque de un aeropuerto lleva un tiempo, un contacto con más personas y llegar a la puerta de embarque establecida invierte otra caminata más, e incluso entrar en un tren de conexión entre terminales en caso de algunos grandes aeropuertos. Una vez en la puerta de embarque necesitamos tiempo de espera, inicio del embarque, cola en la puerta y contacto de nuevo con personal. Una vez aquí es posible que vayamos al avión directamente vía pasarela o bien ser transportados en transfer bus a un aparcamiento remoto donde nos espera el avión. Cola para acceder al avión, entrada y situación en el mismo, cierre de puertas y listo para la salida. Si todo ha ido como estaba previsto y fluido hasta estar a pie de avión, desde la llegada al aeropuerto pueden haber pasado 90 minutos, si somos conservadores estaremos cerca de las dos horas. Ni que decir tiene que será mucho menos habiendo facturado por cuenta propia anteriormente. Realizamos el vuelo al destino, 1:20 de bloque total donde supuestamente todos los protocolos exigidos por la autoridad competente se han cumplido de manera exquisita por parte de la aerolínea y su tripulación y todos los pasajeros han colaborado cumpliendo con las obligaciones perfectamente. 

Estamos recién aparcados en la terminal de Palma. Nos espera una operación similar a la llegada al aeropuerto de origen a la inversa. Podríamos intercambiar el check in previo por un posible paso por aduana pero en este vuelo en particular no va a ser así, saldremos directamente. Teniendo en cuenta la ordenada salida del avión y dependiendo de donde hayamos viajado sentados en aquel, la pertinente caminata por el terminal hacia la recogida de equipaje y su espera más el posterior paseo hacia la salida, podríamos asegurar unos 30 minutos siendo optimistas. En todo momento hemos estado en contacto con muchas personas, independientemente del cumplimiento de los protocolos.

Total MAD-PMI en aerolínea 3:20, en el mejor de los casos, saliendo a una hora establecida y, aparentemente, riesgo de contagio por contacto indirecto con cientos de personas.

Procedemos a realizar el mismo trayecto en una compañía ejecutiva. La gran mayoría de terminales ejecutivas en los aeropuertos para este tipo de vuelos son independientes de terminales principales y con un tamaño acorde al tipo de operación. Llegamos a la terminal ejecutiva del aeropuerto donde nos espera un agente de handling o la o el tripulante de cabina asignado a ese vuelo. Se procede directamente al filtro de seguridad encargándose el agente del posible equipaje. El proceso de seguridad es igual que en la terminal principal pero no hay espera. Una vez pasado el filtro nos espera a pocos metros una furgoneta de handling con otro agente en la plataforma y procedemos al avión. El tiempo total de esto depende de cuál sea el stand donde está situado el avión, si son stands pegados al terminal (ej. Madrid o London City) no será necesario transporte en furgoneta y todo este proceso hasta llegar al avión puede durar 10 minutos, teniendo contacto indirecto con 4 personas, 6 contando a la tripulación técnica en el avión.

Realizamos el mismo vuelo en un jet de corto-medio radio, invirtiendo 5 min más con un total de 1:25 de bloque donde todos los protocolos exigidos por la autoridad competente se han cumplido exquisitamente por parte de la compañía ejecutiva y su tripulación y el pasajero ha colaborado cumpliendo con sus obligaciones sanitarias. Al llegar a destino nos espera una furgoneta de handling con un agente en el stand de llegada, recoge al pasajero y su equipaje y procede al terminal (al igual que en la salida, si estamos pegados al terminal iremos a pie). Pasa un supuesto control de aduana y sale del terminal ejecutivo. Tiempo estimado 8-10 minutos y contacto con un total de 2 personas desde que baja del avión.

Total MAD-PMI en avión privado 01:45 en el mejor de los casos y un menor riesgo de contagio, un total de 8 personas en toda la operación.

También hay que tener en cuenta que el progresivo incremento de vuelos también es  debido a que los propios clientes o empresas que alquilan el avión por motivos exclusivamente profesionales lo pueden hacer por motivos personales también. La búsqueda de no solo de privacidad, sino distanciamiento social e independencia, rapidez en la operación son hechos evidentes que producen claramente este desenlace.

Como ya mencioné anteriormente todo lo relatado no es nada nuevo, siempre ha estado ahí y así seguirá. Las desgraciadas circunstancias que nos están afectando a nivel global por el COVID 19 están empujando claramente la industria de la aviación ejecutiva.

Acerca de Oscar Xaire

Oscar Xaire
Mi nombre es Oscar Xaire, actualmente soy Comandante TRE P180 Avanti II, Auditor de Control de Conformidad para FLT OPS y Ground Engineer (Poseo Autorización Certificadora gracias a mi Compañía) en GESTAIR.

Inicié mi carrera en aviación en el 97 como TMA en IBERIA, estando habilitado y ser certificador en toda la flota AIRBUS de esa compañía. Posteriormente me forme como piloto en Madrid y FL USA. Me contrataron finalmente como Instructor de vuelo en la misma FTO donde estudié la carrera, estando dos años ejerciendo como Instructor y Ground Engineer hasta que opté por dedicarme al vuelo definitivamente.

Actualmente soy TRE P180, FE FIE IRE CRE, colaborando activamente con ATO como Instructor de Vuelo, Examinador y en la formación avanzada de alumnos piloto como MCCI en A320.