La “ruta biométrica” por los aeropuertos más idónea que nunca, por garantizar el distanciamiento social

11-06-2020.-

En un periodo en el que comienza a recuperarse paulatinamente el turismo y por lo tanto los desplazamientos en transporte aéreo, es necesario recuperar la confianza asegurando todas las garantías sanitarias a viajeros y al personal. Ello es posible agilizando la adopción de la “ruta biométrica” por el aeropuerto. Si la previsión para una implantación masiva del reconocimiento biométrico era lograrla a lo largo de esta década, ahora la necesidad del distanciamiento social y de no tocar superficies ni objetos para evitar los contagios de covid-19, la va a acelerar.

Mostrador de reconocimiento facial en el aeropuerto de Madrid

La ruta por el aeropuerto sin contacto, una realidad por necesidad

En la actualidad el sector del transporte aéreo está sufriendo el impacto por la pandemia del coronavirus con un 90% de las aeronaves en tierra debido a las restricciones a la movilidad durante este tiempo. En este momento, los aeropuertos y aerolíneas necesitan recuperar la confianza de los viajeros, utilizando herramientas que les  faciliten la operación en la gestión para evitar aglomeraciones adoptando medidas que permitan establecer el distanciamiento social recomendado por las autoridades sanitarias. Imprescindible para la revitalización de la actividad comercial y de restauración en las terminales y, por supuesto, la reactivación de los vuelos de las aerolíneas.  

La ruta sin contacto por el aeropuerto

La ruta biométrica va desde el check-in a la entrada de la terminal hasta el embarque, y se realiza empleando una solución de reconocimiento facial como método de autenticación del viajero.

Presentación por Iberia y Aena de su programa piloto de reconocimiento biométrico en el aeropuerto de Madrid, en noviembre 2019

El sistema FRP (Face Recognition Platform) coteja de forma automática el nombre de la tarjeta de embarque con el del pasaporte o DNI. El viajero simplemente se toma una foto desde su casa que da de alta en una aplicación móvil y al llegar al aeropuerto se realiza la comprobación automática en los mostradores de reconocimiento facial. Este proceso requiere de una cesión consentida de su imagen a la plataforma con todas las garantías, cumpliendo así con el Reglamento Europeo de Protección de Datos.

El recorrido del pasajero le lleva a la zona de control de seguridad donde también se evita el contacto, ya que se realiza la apertura automática gracias a la imagen de su rostro y su combinación con el pasaporte. La seguridad también prima en esta tecnología que garantiza la identidad del pasajero realizando la captura biométrica en vivo, como garantía de calidad.

Hasta este momento, el viajero ha evitado el contacto con el personal del aeropuerto, pero además ha mejorado su experiencia de viaje al reducir los tiempos de espera. Este tiempo supone una oportunidad también para los comercios del aeropuerto ya que dispone de más tiempo para el consumo y el ocio.

En la zona de embarque, el acceso al avión se vuelve a realizar de forma automática, limitando así también el contacto con la tripulación y el personal de tierra.

El proyecto piloto de reconocimiento facial en Madrid-Barajas

Este “recorrido sin contacto” está ya en fase piloto desde noviembre del año pasado en el Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez, uno de los más concurridos a escala mundial. Una solución con la que, ahora en tiempos de pandemia, se alcanzan dos objetivos prioritarios: la seguridad sanitaria de viajeros y personal, así como la mejora de la experiencia de viaje.

Un proyecto en el que intervienen Iberia y Aena, además de las compañías IECISA, Gunnebo y Thales. De esta última es el motor de biometría que integra los datos procesados por los sistemas de Aena con los requisitos de identificación del pasajero.

Más allá del aeropuerto madrileño, la biometría se está implantando por todo el mundo. En aeropuertos como en el hub de American Airlines en Dallas-Fort Worth, en Harsfield Jackson de Atlanta por Delta Air, en Milán-Linate, o en el Aeropuerto Internacional de Dubái, entre otros. 

Para los viajeros aumenta la percepción de seguridad en los tránsitos ante el covid. Y para los aeropuertos y aerolíneas, el reconocimiento facial hace que el proceso de verificación de la identidad de las personas sea más eficiente, preciso y seguro, además de impulsar la recuperación de la actividad en restauración y compras en los aeropuertos. Sin duda, es posible que la pandemia del coronavirus acelere la implementación de la tecnología biométrica y extienda su uso a nivel global.