LA VISTA DESDE LAS ALTURAS. ENTREVISTA A UN PILOTO

Para ver el mundo entero. Llegar a ser piloto parece ser un sueño pero antes de conseguir ser uno de ellos, hay que estar dispuesto a hacer sacrificios. Martin Broodbakker consiguió su licencia de piloto tras dos años en Estados Unidos y para obtener la experiencia de vuelo necesaria tuvo que enfrentarse a incluso tormentas de arena en Irán. Capitán para Easyjet con base Madrid hasta el mes pasado, noviembre, y en estos días aterrizando en su nueva base, Roma. Desde su casa en el centro de Madrid, nos relató sus experiencias.

Soñar con volar… ¿desde niño?

Mi interés por volar ha crecido poco a poco y en realidad se despertó siendo más mayor. Te cuento… momento decisivo en la vida de cualquiera… terminar la etapa del colegio y elección de estudios: me gustaba la investigación, la tecnología y la ciencia enfocadas a utilizarse en sistemas prácticos. Así que me decidí por estudiar Físicas Aplicadas en la Universidad de Delft en Holanda (no lo he dicho, soy holandés).

Después de dos años… me aburrieron las materias. Pero (gramáticamente no se si se puede empezar una phrase con pero) terminé la carrera y empecé a trabajar en la compañía Shell con interés de que una vez trabajando, mi visión de estos estudios dieran un giro positivo. No fue así, en tan solo 6 meses me di cuenta de que no era lo que yo necesitaba para ser feliz a nivel profesional. Solucionar los problemas de los demás, cálculos fríos, rutina… y ojo! no por ello digo que la Física Aplicada se reduzca a eso, pero en mi caso la parte técnica y la tecnología que me interesó de la física aplicada no fueron suficientes. Estaba hecho de otra materia, necesitaba “alas”.

Por otro lado, durante todo ese tiempo, escuchaba todo tipo de cautivadoras historias acerca de los pilotos de MartinAir que solían volar a Isla Margarita un fin de semana, pasaban tres días en la playa, y después enlazaban con Denver, Colorado donde pasaban otros cuantos días más esquiando. La idea de un futuro en la aviación fue demasiado para resistirse.

Glamour y buena vida a parte… lo decisivo fue que la profesión tenía un fondo técnico unido a una aplicación práctica. Para mí, era la “Física Aplicada” perfecta!

Entonces, tu carrera en la aviación comenzó después de la universidad ¿Iniciaste enseguida tus clases de piloto?

Inmediatamente no, primero tenía que conseguir reunir el dinero necesario para emprender esta nueva aventura. Todos sabemos que llegar a ser piloto es bastante caro. Me decidí por emprender mis estudios en Estados Unidos, en el North American Institute of Aviation, Carolina del Sur. Costaba “solamente” $25.000!! Yo no tenía tanto dinero y los bancos solo querían darme la mitad de lo que necesitaba. No tiré la toalla! me decidí por una estrategia arriesgada: firmar dos préstamos con dos bancos distintos en el mismo día. Cuando ellos se dieron cuenta, ya estaba en los Estados Unidos recibiendo el curso.

Después de 8 meses, estaba preparado para empezar mi primer trabajo en el mundo de la aviación como instructor de vuelo. Me decidí por Nueva York, una ciudad grande con mucho tráfico aéreo que me facilitaría más experiencia que otros destinos. No ganaba mucho dinero, lo suficiente para vivir pero conseguí lo principal, mucha experiencia de vuelo.

Después regresé a Holanda, tuve que volver a la universidad durante otros 12 meses y presentarme a 14 exámenes teóricos, desde meteorología a navegación clásica o las leyes internacionales de aviación. La teoría era mucho más difícil que en los Estados Unidos. Allí, era suficiente con saber qué botones hay que apretar, mientras que en Holanda tenías que poder llegar a desmantelar el instrumento. Y finalmente en abril del 2001 terminé mis estudios.

Empezaste a volar como piloto comercial a continuación?

No, no… para nada! fui a trabajar como socorrista en la playa aquel verano porque sobra decir que el problema reside en tener que hacer muchas horas de vuelo antes de que una línea aérea te tome en serio. Hice unas cuantas entrevistas pero después de unas once todo se paró, incluso muchos compañeros míos dejaron de luchar. Algunos ya tenían familias y tuvieron que buscar trabajo fuera del mundo de la aviación (seguro que para muchos de vosotros -los lectores que seáis pilotos- esto último también habrá pasado a vuestro alrededor). En momentos así, tienes que tener una mentalidad firme de luchador y tener muy claro tu estrategia: conseguir un trabajo en la industria para estar siempre vinculado y para que te permita ganar dinero (mejor dicho… “bastante dinero”) con el que financiar tu carrera, además de para hacer buenos contactos que te abran, de alguna manera, un abanico de posibilidades.

Decidí buscar un trabajo como Flight dispatcher/ load controller en el aeropuerto de Ámsterdam. Tuve que coordinar todo relacionado con el turn-around de los vuelos comerciales de la compañía. Pagaban bastante bien y estaba consiguiendo buena experiencia operativa desde dentro de la industria. Al mismo tiempo, seguía buscando trabajo como piloto comercial y ahorraba para conseguir la licencia de Instructor de Vuelo Europeo (afortunadamente en aquella época ya se habían unificado las licencias de cada país en una única) por lo que teniendo idiomas y disponibilidad para mover tu residencia aumentabas las posibilidades. Tenía que seguir invirtiendo en mi mismo para ser más atractivo para las compañías.

En el año 2002, había ahorrado suficiente dinero para obtenerla y empecé a trabajar como instructor de vuelo freelance. Así, conocí a más gente dentro de la industria, contactos interesantes y sobre todo, útiles. Por supuesto, hay que tener suerte, pero yo siempre digo que a veces tienes que promover tu propia suerte. Si te quedes en casa esperando que las líneas te llamen, créeme, nunca saldrás de casa.

En 2003, empecé a trabajar en el departamento de operaciones para una línea nueva llamada VBIRD Airlines, que se encontraba justo al otro lado de la frontera de Holanda, en Alemania. No estaba volando todavía, pero pensaba que si trabajaba suficientemente duro, quizás la compañía me ofreciera la oportunidad de volar para ellos.

Entonces llegó mi primera gran oportunidad, me ofrecieron el puesto de piloto de Airbus 320. Tenía que pagar parte de la formación de mi bolsillo pero era una inversión muy buena. En vez de comprarme un buen coche, el dinero que había ahorrado durante todos estos años sirvió para darme esta oportunidad. Pero justo cuando ya creía que había alcanzado mi sueño y solo dos semanas después de haber empezado de volar para ellos, la compañía se declaró insolvente.

Entonces, en la calle sin trabajo

Si, desafortunadamente. Con una casa en Alemania y una deuda importante con el banco. Tenía que pagar 900€ al mes del préstamo, difícil sin trabajo. Ahora tocaba contactar con gente de mi network hasta que al final, uno de los pilotos me informó de una compañía charter alemana que buscaba pilotos de Airbus cualificados.

Esa misma noche, conduje durante cuatro horas hasta el aeropuerto de Dusseldorf. Después de dormir dos horas en el coche, me encontré sentado en la oficina del Jefe de Flota a las 8 de la mañana. Y después de 4 horas de espera, me hizo pasar. Yo sabía que tenía en ese momento mi oportunidad, tenía que coger el toro por los cuernos! Y él por su parte, tenía sus dudas hacia mí por la poca experiencia con el avión. O decía algo convincente o estaría fuera en 5 minutos. Así que le di la vuelta a la tortilla argumentando que mi inexperiencia jugaba a favor de ellos, porque una persona con mucha podría dejar la compañía pronto y encontrar trabajo en otro lado. Que mi caso era muy distinto, yo no podría marcharme. Después de haber dicho esto, era el momento ideal para meter un breve comentario en otra línea totalmente distinta para rematar la faena. Así que, mostrándome encantador y seguro (pero sin arrogancias, todo lo contrario, sencillo y espontáneo)… me disculpé por haberme auto-invitado a entrar en su oficina sin cita previa pero que teniendo en cuenta el tipo de operación que él estaba llevando (reclutamiento), pensaba que quizás su compañía podría tener sitio para un piloto que con esa iniciativa demostrada hiciera que las cosas funcionasen. Se empezó a reír y a la semana estaba trabajando.

La compañía tenía cedidos aviones en leasing a una línea iraní, en realidad aviones+tripulaciones, así que pasé los 18 siguientes meses en Irán volando por Oriente Medio y Asia con destinos a muchos aeropuertos militares que ni siquiera estaban en el mapa ni en las bases de datos de los aviones. Esto significaba introducir nosotros mismos la ruta y los procedimientos de llegada que incluso en ocasiones había que ir improvisando sobre la marcha. ¡Increíble las cosas que uno puede hacer con un avión tan grande, como aterrizar en medio de una tormenta de arena sin tener la pista visible hasta 200 pies! un importante reto cuando el viento cruzado superaba 30 nudos. Nunca con peligro, pero tuvimos que improvisar mucho.

Con esta experiencia y las horas en el avión, Easyjet me contrató en el 2006 y me destinaron al Reino Unido. Por fin una vida mucho más estable teniendo un roster fijo. Sabiendo los días libres ya era fácil organizarme la vida, incluso ya tenía tiempo para ir al gimnasio!

En el año 2007, la compañía abrió una base de tripulación en Madrid, y yo fui destinado a ésta, una estupenda oportunidad para disfrutar de la vida en España. En 2011 fui ascendido a capitán ofreciéndome de nuevo la base de Londres Gatwick, en la que estuve viviendo tan sólo cuatro meses porque me mandaron de vuelta a Madrid.…Y no acaba aquí el ajetreo de traslados; suma y sigue…. porque ahora a finales de este mes me destinan a Roma.

Disfrutas volando todavía?

Sin duda. Me apasiona mi trabajo, es la mejor oficina del mundo. Además he conocido muchas personas interesantes como pilotos que volaron en la Guerra del Golfo, ex pilotos de cazas de las Fuerzas Aéreas de la antigua Alemán del Este, especialistas en armas tácticas de Suráfrica y hasta al piloto de British del popular suceso en el que sobrevivió después de ser expulsado por su ventanilla de la cabina por la diferencia del presión, y un sinfín de gente y historias más que no me cansaría de contar.

Y cada día en el trabajo es como un gran día, me encanta poder estar allí con toda la tripulación. En definitiva, me siento privilegiado por tener un trabajo como el tengo. Pero no ha sido un camino de rosas, no se puede recomendar a cualquiera. Hay que estar dispuesto a hacer grandes sacrificios, cambiar de residencia cada cierto tiempo y vivir en países extraños, aceptar 100 veces el “no” por contestación y tener la fortaleza para seguir cuando las cosas se tuercen. Creo que todas las dificultades vividas por el camino hacen a los pilotos personas hechas por sí mismas. Y eso, a su vez, nos ayuda a afrontar con éxito otras facetas de la vida. En mi caso, me ayuda a luchar para conseguir mi próxima meta empresarial: afianzar el proyecto de Network Marketing Digital que he puesto en marcha. Pero esa historia es otro viaje totalmente diferente por completo.

Muchas gracias Martin por haber compartido con nosotros tus vivencias y anécdotas hasta llegar a este punto actual de tu carrera profesional. Para finalizar, quieres añadir algo más?

Sí, decir a quien esté en pleno camino…. que trabaje duro, persiga su meta pero también que se lo pase bien. Y una vez lo haya conseguido, que lo disfrute cada día, que no olvide que es un sueño cumplido. Lo digo porque la dinámica del día a día te puede hacer olvidar lo afortunado que eres.