04-10-2022
Finlandia cerró una de sus principales autopistas para que la Fuerza Aérea finlandesa pudiera utilizar un tramo para probar su capacidad de operar desde bases improvisadas en la carretera.

Este año, para el ejercicio Baana 22, la carretera nacional finlandesa 4, que conecta Helsinki con las zonas más septentrionales del país, se cerró al tráfico rodado. También se desbrozaron los márgenes de la carretera para preparar el ejercicio.
Participaron unos 200 militares. Las aeronaves participantes eran en su mayoría cazas F/A-18 Hornet, aviones de entrenamiento Hawk y aviones de enlace Pilatus PC-12NG.
La Fuerza Aérea finlandesa ha explicado en un comunicado que, «Los objetivos del entrenamiento de vuelo son realizar despegues y aterrizajes basados en el programa de entrenamiento de vuelo en una base de carretera en condiciones diurnas y nocturnas y permitir a los pilotos operativos realizar un vuelo de entrenamiento avanzado. El personal de mantenimiento de aeronaves y los reservistas recibirán formación para establecer una base de carretera y llevar a cabo sus actividades en ella, incluidas las tareas de apoyo y rescate».
Las operaciones dispersas permiten a una fuerza aérea en tiempos de guerra complicar la puntería del enemigo multiplicando los lugares de operación. El concepto, popular durante la época de la Guerra Fría, encontró un renovado interés en las doctrinas de las fuerzas armadas occidentales.
El coronel Vesa Mantyla, jefe de la Academia de la Fuerza Aérea finlandesa responsable del ejercicio, ha dicho, «La amenaza de Rusia o las acciones de Rusia con los misiles de crucero y los misiles balísticos (en Ucrania) demuestran que el concepto de operaciones dispersas es correcto»