Los científicos espaciales de Thales dialogan con los adolescentes

21-05-2018

¿Cuántos satélites hay orbitando alrededor de la tierra? ¿Qué sucede si un satélite se estropea? ¿Cuál es su astronauta preferido? ¿Hay vida en otros planetas? ¿Se puede ser científico y creer en Dios? ¿Cuántas horas trabaja al día? ¿Cuánto cobra? Éstas son sólo algunas de las muchas preguntas a las que ha tenido que hacer frente la ingeniera Lara Arche Andrade, de la multinacional Thales, durante la celebración del concurso de divulgación “Somos científicos ¡sácanos de aquí!”, en el que estudiantes de 10 a 18 años debían de evaluar a los investigadores, un proyecto que nace amparado por la Obra Social “la Caixa”, EduCaixa y Thales Foundation.

Thales satélites científicos

Lara Arche es ingeniera de Radio Frecuencia para Innovación dentro de la línea de Productos Pasivos y en la actualidad desempeña su trabajo en el Centro de Innovación creado en la sede de Tres Cantos de Thales Alenia Space, donde define y desarrolla productos que posicionan a la compañía en la cabeza del mercado. ¿Cómo ha sido su experiencia en este programa de divulgación de la ciencia entre los adolescentes? “Me ha encantado”, afirma. “He disfrutado mucho y se me ha hecho corto. He tenido la oportunidad de conocer de primera mano las inquietudes de los jóvenes y he podido aportar mi granito de arena en la difusión de la ciencia y la tecnología”.

Grandes inquietudes

Lara Arche tiene la intuición de que a los adolescentes les preocupa mucho no saber qué estudiar o equivocarse en la elección, pero no tiene duda de que todos tienen grandes inquietudes: “En mi caso, se han interesado por todo lo que tienen que ver con los satélites, cómo funcionan, cómo se hacen, para qué sirven, en qué innovaciones estamos trabajando, qué pasa si dejan de funcionar…”

Lara Arche, ingeniera de Radio Frecuencia para Innovación dentro de la línea de Productos Pasivos de Thales Alenia Space.
Lara Arche, ingeniera de Radio Frecuencia para Innovación dentro de la línea de Productos Pasivos de Thales Alenia Space.

 

En su opinión, los adolescentes “son jueces muy severos. Son chicos muy informados y muy críticos con la información que reciben”. Por eso, considera muy interesante esta iniciativa porque les acerca a los científicos de carne y hueso, “y pueden comprobar que somos gente normal, con nuestros hobbies, con nuestras familias y nuestra vida más allá del trabajo, y eso también les alienta a tomar este camino. Es una forma de quitarles el miedo, ya que tienen el gusanillo de la ciencia rondándoles”.

Y es que esta investigadora cree que los científicos se van gestando incluso desde la infancia: “Es algo muy vocacional. Requiere de mucho esfuerzo y trabajo duro durante los años de universidad y, una vez que entras en el mercado laboral, tienes que seguir aprendiendo casi a diario, ya que la tecnología avanza a pasos agigantados”

“Operación Triunfo de la ciencia”

En el mismo sentido que Lara Arche, se ha pronunciado Juanjo Forteza, también ingeniero de Thales España, quien también se ha mostrado encantado de participar en una nueva edición de lo que ya se conoce como “Operación Triunfo de la ciencia española”. Una iniciativa que ha permitido a alumnos de 85 colegios e institutos de España y Latinoamérica estar conectados, vía Internet, con 30 profesionales de la ciencia y la ingeniería, de los cuales 11 pertenecían a instituciones madrileñas, como el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, el Instituto de Física Teórica o la empresa Thales España.

“A los científicos nos ven como extraterrestres. Sin embargo, estamos en el piso de abajo o en el portal de al lado”, afirma Juanjo Forteza, responsable de las ofertas y proyectos de seguridad, aeronáutica y defensa de Thales España, quien se muestra feliz de transmitir que quienes se dedican a la investigación o a la innovación son personas normales, de carne y hueso.

Juanjo Forteza nos cuenta qué se persigue al involucrar a chicos tan jóvenes en un proyecto de estas características: “El primer objetivo es explicar de una manera ilusionante qué hacemos nosotros día a día y cómo tenemos que solucionar problemas comunes que tienen una base científica. Si así generamos vocaciones, seguro que será un éxito”. En su opinión, detrás de un científico, siempre hay un padre, un amigo o un hermano, por lo que considera que hay que humanizar y acercar la ciencia para hacerla más accesible.

Curiosidad y perseverancia

¿Un científico se va gestando en la adolescencia? Juanjo Forteza responde con un “puede ser”, pero lo que sí tiene claro es que la curiosidad y la perseverancia son elementos presentes en la educación y son cualidades que debe tener siempre un científico.

¿Cuál ha sido su experiencia en el proyecto “Somos científicos”? Dice que ha recibido preguntas que le han hecho reflexionar mucho sobre su trabajo. “Un chico -recuerda- me preguntó si éramos capaces de hacer un invento para evitar las guerras y una chica nos dijo si esperábamos recibir el premio Nobel. Otras cuestiones tienen que ver con la razón por la que decidimos ser científicos, cuál ha sido nuestro problema más difícil, qué hacemos a diario… Algunas cuestiones que nos plantean sorprenden y no son fáciles de responder, porque no son las preguntas a las que estamos acostumbrados. Por eso, nosotros también aprendemos mucho de ellos”.

La cantera del futuro

Juanjo Forteza asegura que la empresa Thales apoya el proyecto “Somos científicos” porque es consciente de que en los chicos más jóvenes está la cantera de los futuros científicos que algún día podrán desarrollarse en Thales o en otras empresas y porque quiere devolver a la sociedad parte de lo que le aporta. “Thales es una gran empresa, pero no tiene un gran reconocimiento de marca porque nuestros productos no son de consumo y, sin embargo, están presentes en el modo de vida de muchas personas. Por ello, los ingenieros de Thales queremos visibilizar lo que hacemos en contextos más humanos”.

Gracias a este concurso de divulgación científica, unos 2.000 estudiantes han podido preguntar a los científicos cuestiones relativas a la materia oscura, los océanos, el funcionamiento del corazón, los trenes de alta velocidad, la aeronáutica, el espacio, los drones… Las preguntas no han sido siempre fáciles, por lo que también ha supuesto un gran reto al que han debido enfrentarse, con valentía y coraje, los científicos.

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