09-06-2015
El pasado sábado 6 de Junio, se celebraron las VIII Jornadas Técnicas de la AEPA (Asociación Española de Psicología de la Aviación) en el Aeropuerto Adolfo Suárez, Madrid-Barajas bajo el título “Valoración y gestión del riesgo en la actividad aérea”.
La Jornada empezó con una pormenorizada e ilustrativa visión sobre “el punto de vista del Regulador sobre la Evaluación de riesgos de seguridad operacional”, realizada por don ENRIQUE NIN PERONA, Jefe Servicio de Planificación de Inspecciones de AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Ministerio de Fomento).

Posteriormente a esta, don LORENZO MORA RODRIGUEZ, Psicólogo especialista en Psicología Clínica del Centro Instrucción Medicina Aeroespacial (CIMA), habló sobre “una visión de la psicología del riesgo aplicada a la prevención desde la óptica crítica de la legislación vigente y de los reconocimientos sanitarios actuales”, en las que se dio una verdadera voz de alarma ante las deficiencias que tiene la actual legislación en materia de intervención psicológica en aviación antes y durante el desarrollo y a lo largo de la profesión de pilotos y demás profesionales del sector aeronáutico.
El Vicepresidente de AEPA, don SALVADOR TOMÁS RUBIO nos trajo los primeros resultados de su investigación “Mecanismo predictor de tendencia a conductas de riesgo en aviación”, cuyo mensaje era:¿Puede detectarse prematuramente la tendencia a realizar conductas de riesgo? Mostrándonos con su trabajo que esto puede ser así.

No esta muy lejos de poder ofrecer complementariamente un test que mida esta tendencia dentro la batería de pruebas que actualmente se utilizan.
Y para terminar las jornadas, el Secretario de AEPA, don Emilio García-Villegas presentó el documento redactado por la Directiva de AEPA como Posicionamiento de la Asociación al respecto del accidente del vuelo 4U9525 de GERMANWINGS en Francia.

El desencadenante de este posicionamiento —que puede pensarse llega un poco tarde— fueron las circunstancias que se dieron en el citado accidente, pero la reivindicación que exhibe como consecuencia de ello entendemos es una exigencia generalizable a toda la actividad del transporte aéreo que garantice todavía más, si cabe, la seguridad de nuestros vuelos.
A continuación, se dio paso a un interesante debate que cerraría la jornada.
Al ser ponente en las Jornadas mi opinión puede no ser objetiva, pero no puedo dejar de manifestar en primer lugar mi gratitud por la invitación de la AEPA y en segundo lugar la desazón que me supone tener tan clara la idea de que es importantísima la labor del psicólogo en la prevención de accidentes aéreos y lo dificil que es hacer llegar esa idea a las autoridades competentes en la materia. Posiblemente, no lo sé, el error sea nuestro. Jornadas como esta ponen de manifiesto el problema.