Hace 12 años que empecé a volar esta maravillosa “máquina” de aviación ejecutiva que tiene 12 ventanas a cada lado del fuselaje y que acoge cómodamente a 12 pasajeros: el Falcon 900 EX.
No es el momento de glosar las excelencias de este avión sino más bien las excelencias de esta filosofía de vida que es la de un piloto de aviación ejecutiva, también llamada corporativa o, simplemente, de aerotaxi. Quizá esta última definición siendo la menos glamurosa es la que mejor define el trabajo que realizamos ya que aunque somos compañía aérea prestamos servicios “charter”, es decir, vamos de puerta a puerta.
Han sido muchos años de ser el patito feo en la profesión. O mejor dicho, uno de los patitos feos.
El piloto recién salido de las escuelas encontraba su primer trabajo en las mismas escuelas de vuelo, como instructores, o bien se dedicaba a los trabajos aéreos. Un paso intermedio para los más afortunados podía ser la aviación ejecutiva pero siempre como puente o paso previo al salto final: la gran línea aérea.
Pero, como dice esa versión picante del cuento de Caperucita Roja: -“¡caray, cómo ha cambiado el cuento!”. La crisis nos está haciendo ver a los que llevamos toda una vida en aviación ejecutiva, cómo viejos amigos, felizmente colocados en grandes compañías aéreas, llaman a nuestra puerta pidiendo auxilio sin tener la más mínima posibilidad de poder ayudarles.
Y cuando digo “toda una vida” no quiero pecar de petulante pero si a los 12 años que ya arrastro en compañía aérea le sumo los 8 últimos años que, como Oficial en el Ejército del Aire,dediqué al transporte de las más altas autoridades de España, hacemos ya 20 años en esta disciplina.
Pero me ceñiré a esta última etapa,como piloto civil, y podría resumir estos 12 años en aviación ejecutiva con unos fríos números: 219 aeropuertos en 71 países diferentes. Estos son los aeropuertos que he visitado hasta el día de la fecha. La gran mayoría de ellos tan solo una vez y, seguramente, sin salir del aeropuerto: el tiempo justo para dejar o recoger pasajeros . Aeropuertos tan distantes como Hawai, Ciudad del Cabo, El Calafate o Bora-Bora. Otros, sin embargo, son casi mi segunda casa: Panamá, Buenos Aires, Recife, Santa María de Azores o Moscú.
¿Experiencias, anécdotas? Miles.
¿Ventajas, desventajas con el trabajo en una gran línea aérea? Como los colores, al gusto.
Como ya he dicho sólo conozco este tipo de aviación y ella me ha dado la oportunidad de conocer muchos lugares del mundo y de no llegar a considerar nunca mi trabajo rutinario, lo cual me ha llevado a no bajar la guardia ante un “aquí ya he estado, esto me lo sé”.
¿Alguna pega? Pues también.
Las programaciones mensuales son casi ficticias ya que vuelas algunos días que tenías libre y tienes libre algunos días que inicialmente los trabajabas. Esto supone un pequeño trastorno para los planes familiares y más con niños pequeños que nunca entienden por qué no fuiste al festival de su colegio cuando le habías prometido que estarías en primera fila. Y qué decir de ese matrimonio amigo al que le dejas colgado con ese estupendo suflé que habían preparado para tí y tu mujer para el próximo Sábado…Bueno, esto lo cuento en plan simpático porque no puedo más que estar orgulloso de tener trabajo en los difíciles tiempos que corren. Y tener un trabajo que me gusta y me resulta gratificante.
Y aún recientes las celebraciones del 10 de diciembre, Virgen de Loreto, patrona de los aviadores, solo me queda seguir encomendándome a Ella con mis oraciones por acompañarme en todos mis vuelos.