Parece que la reina de las low costs ha cambiado de estrategia. Ya no quiere ser la niña mala del panorama aeronáutico internacional. La que se podía permitir cualquier exabrupto, sabiendo que gracias a sus precios y a su puntualidad, muchos terminábamos utilizándola ( más de 81 millones de pasajeros en 2013). De pronto se ha vuelto mucho más educada.
¿En qué se nota? En casi todo. Su actitud respecto al equipaje de mano se ha relajado. Ahora no sólo se puede llevar una maleta de un máximo de 10 kgs con medidas que no sobrepasen 55cmx40cmx20cm sino también una bolsa pequeña de 35 x 20 x20cms. Ya verán cuando lleguen a la puerta de salida. Ahora hay dos lugares donde comprobar si nuestras bolsas cumplen con la norma establecida. No queda claro todavía si van a permitir ir también con una bolsa con compras en el aeropuerto.
Por otro lado, se acabaron las continuas ventas y rifas en los vuelos de madrugada que despeguen antes de las ocho de la mañana y en los nocturnos a partir de las nueve de la noche. ¡Qué descanso! A esas horas sólo se escuchan anuncios relacionados con las medidas de seguridad.
En lo que respecta a comprar un billete, ya no habrá que enfrentarse a una compleja gymkana plagada de trampas, ahora en cinco clicks se puede realizar la operación. Y muy pronto un nuevo sistema de reserva con memoria que aparecerá como ‘My Ryanair passenger registration service’ reducirá aun más el tiempo que se tarda en hacerse con una plaza en un avión.
Se acabaron muchos de los abusos tipo, cobrar maletas suplementarias en el aeropuerto a 60 euros la pieza o tener que pagar 70 euros por duplicar la tarjeta de embarque a última hora. Esos cargos se han reducido a 30 euros en lo que se refiere al equipaje y a 15 euros la tarjeta.
A partir de febrero Ryanair se normaliza aun mas, introduciendo asignación previa de asientos lo que para mi resulta una desventaja ya que si no se paga un extra, es el sistema el que decides donde te sientas, pudiendo colocarte justo donde no te apetece. Como ya me suele ocurrir cuando utilizo otras compañías que ya han introducido este tipo de sistema.
Aunque por otro lado ya no habrá que ponerse en la cola con una hora de antelación. O quizás si, como ocurre con Easyjet u otras compañías incluso tradicionales, donde las últimas maletas las bajan a la bodega. También anuncian que muy pronto se podrán llevar los datos de la tarjeta de embarque en el móvil, que van a ampliar la forma de encontrar las tarifas más atractivas y que a través de su nuevo servicio de Twitter se podrá estar informado en todo momento de cualquier incidencia en sus vuelos y servicios