FACTOR HUMANO: UNA DIMENSIÓN POR DESCUBRIR

Por: Eduardo Sánchez González

¿Qué es el ser humano comparado físicamente al lado de un avión, con el mundo, con el universo?…Pues bien al lado del universo somos la millonésima parte de un grano de arena de cualquiera de nuestras playas, y al lado de un avión perfectamente podemos ser la piedra de un rio.

El ser humano a pesar de su inteligencia, capacidades, habilidades y destrezas que ha ido adquiriendo a lo largo de toda su evolución, le han dotado de muchas facultades positivas y poderosas, llegando a culminarlas en su razonamiento cognitivo que ha ido evolucionando y nos ha catapultado hasta los momentos actuales donde la tecnología supera su propio control racional y sobre todo sus valores emocionales.

Este poder del ser humano de dominar el razonamiento cognitivo, tan duro como la piedra de un rio, no deja de ser vulnerable a circunstancias vinculadas a su entorno más inmediato tanto intrínseco como extrínseco, como lo puede ser la piedra del rio al estar a merced de las exigencias de la madre naturaleza.

Las personas somos por naturaleza seres limitados, por mucho que queramos demostrar con nuestros conocimientos cada vez más avanzados y con nuestra tecnología, estamos sujetos a cambios físicos, fisiológicos, sociológicos y como no psicológicos a lo largo de nuestra vida, estos cambios alteran nuestro cerebro cognitivo y nuestro cerebro emocional y nos hacen caer en deficiencias que se ven reflejadas en nuestra conducta, en todas las facetas de nuestra vida, una de ellas la laboral, por eso es de gran importancia tenerla en cuenta en el mundo aeronáutico, donde la tecnología desarrollada es de última generación y por la cual el ser humano debe estar más capacitado y atento a todo el entorno, que le rodea.

En el campo aeronáutico se ha tenido muy en cuenta el comportamiento del ser humano desde que la aviación despego hacia la expansión comercial del sector y empezaron los vuelos con pasajeros a cualquier parte del mundo. En el momento en que la tecnología avanzó, la aviación comercial creció, esta situación demandó aviones cada vez más rápidos y grandes para transportar a más gente y a más sitios en menor tiempo, pero el ser humano no tuvo en cuenta sus capacidades, que condujeron a errores que acabaron en accidentes, por no dominar los conocimientos que la tecnología nos está guardando a cada paso que damos. Sirva de ejemplo el inicio de los aviones a reacción, los comet, donde con tantos cambios de presurización y su diseño de ventanas cuadradas dio lugar a multitud de accidentes mortales en sus comienzos. Pero entonces se consideraban factores técnicos, los cuales son humanos, por lo que a su diseño se refiere; ya que es un ingeniero el que determina en última instancia como debe de ser un avión, analizando sus parámetros físicos, materiales y tecnología del momento.

Estos problemas técnicos una vez controlados no eliminaron el problema de raíz, y aparecieron los problemas vinculados al ser humano, donde la mayoría de los accidentes ocurridos en torno a los años setenta tenían su raíz en el factor humano. Pilotos y controladores aéreos eran el germen del problema, llegando a tocar techo en el accidente ocurrido en el aeropuerto español de Los Rodeos, donde dos Boeing 747 chocaron de frente por un cumulo de errores humanos entre pilotos y controladores aéreos, ayudados por las inclemencias meteorológicas del momento; la niebla que constantemente amenaza el aeropuerto por la influencia del monte Teide. Este accidente provocó la muerte de todas las personas que viajaban en el avión de KLM y de casi todas las del avión de Pan Am. En total una 586 personas.

Pero, a día de hoy, siguen existiendo accidentes vinculados en su mayor porcentaje a los factores humanos, otros a problemas técnicos y factores medioambientales, pero mi pregunta siempre estará ahí: Quien es el que toma la última decisión a la hora de realizar una conducta o tarea?…Sin lugar a dudas es el ser humano.

Actualmente el problema se traslada a un nuevo concepto vinculado a la seguridad aeronáutica denominado factor organizacional. Me pregunto, qué diferencia puede existir entre factor humano y factor organizacional. Pues desde mi punto de vista no es más que trasladar las conductas que desarrollan una o varias personas en sus tareas a una dimensión organizacional donde unas pocas personas por medio de su cargo determinan lo que otras personas hacen.

Esta nueva dimensión encubre al ser humano de sus actuaciones más activas en el devenir de sus tareas, en muchos casos tan complejas, esto las hace más latentes, incapaces de ser detectadas para poder ser subsanadas a tiempo, y poder evitar errores que acaben en accidente.

Por lo tanto debemos tener muy presente al ser humano en el sector aeronáutico, porque, es el pilar fundamental de la seguridad. Pues entendiendo sus limitaciones, sus debilidades y en definitiva su vulnerabilidad, entenderemos su capacidad de errar, y así buscar donde están sus fallos, haciéndole mejorar aplicando programas de formación, intensificando el cumplimiento de las normas de seguridad y forjar cada vez más personas eficaces. Pues la eficacia y bienestar de las personas nos predisponen a estar más seguros y ser menos vulnerables a las exigencias de la tecnología, y a los ritmos de trabajo tan exigentes que nos tienen acostumbrados la aeronáutica.

Es necesario comprender el rendimiento y limitaciones de las personas pare detectar donde están sus fallos, influir de manera positiva en su comportamiento, para evitar conductas peligrosas, así como mejorar en los sistemas de calidad en el trabajo, sin dejar de lado las investigaciones de los propios accidentes que se siguen produciendo, para mejorar las condiciones y saber prevenir a tiempo futuros accidentes.

Se trata de confeccionar factores organizacionales competentes que determinen una buena fiabilidad del sistema que de seguridad a las empresas y rendimiento, en definitiva un buen sistema de calidad que rentabilice el sector aeronáutico.